La Empresa Municipal de Aguas (Emalcsa) ha incluido en su plan de inversiones anual una partida que pretende analizar de forma exhaustiva el estado en el que se encuentran las diferentes estructuras de hormigón que integran la red de abastecimiento de la ciudad.

La medida tomada por la empresa que gestiona las aguas coruñesas responde a un plan de mantenimiento preventivo para analizar al detalle las posibles deficiencias estructurales de los depósitos, una tarea con la que pretende detectar las "patologías" de las construcciones y definir después las necesidades de actuación en las mismas. Es uno de los proyectos de 2020 previstos por el área técnica, al igual que los estudios para paliar la turbidez de las aguas y de la posible conexión del embalse de Cecebre con el lago de Meirama.

Alguno de los tanques tiene más de un siglo de historia. Es el caso del depósito de Monte Alto, de principios del siglo XX. Fue el primero en A Coruña y está aún en activo. Su construcción, que se decidió tras una profunda sequía, revolucionó los hábitos vecinales con la llegada del abastecimiento privado y, en paralelo, el desarrollo urbanístico más allá de los barrios medievales.

Emalcsa prevé revisar este y el resto de construcciones en funcionamiento, como el Vigía de Monte Alto, que se levanta a más de 110 metros sobre el nivel del mar, y que comparte altura y forma con su gemelo de Eirís, ambas piezas características del skyline coruñés y de su barrio, como lo es el de O Ventorrillo. En la lista también están los otros dos de Eirís, Penamoa, Monte de San Pedro, Vío Alto y Bajo y Os Rosales, entre otros.

Sin renovación estética

Emalcsa ya había puesto su ojo analítico sobre los depósitos de agua que pueblan la ciudad hace seis años „en 2014„ cuando convocó un concurso que tenía por objetivo la mejora de la estética de estas estructuras de la red de abastecimiento. En aquel momento la empresa municipal dejó la convocatoria sin ganadores pese al éxito con el que fue acogida „se presentaron un total de 53 proyectos para las cinco estructuras que iban a ser objeto de mejora„.

Las razones para tomar esa decisión respondieron, según el jurado „integrado por responsables de Emalcsa, del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia y del Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos de Galicia„, a la igualdad en las dos mejores propuestas para los tanques del primer lote „los elevados de la calle Vigía, Eirís y O Ventorrillo„ y a la "escasa integración urbana de los elementos" en los tanques del segundo lote „los bajos de Penamoa y Monte Mero„. El dinero con el que estaban dotados los premios que se tenía previsto entregar se decidió destinarlos a la celebración de unas jornadas en las que arquitectos, ingenieros y participantes se reuniesen a fin de alcanzar ideas "técnicamente realizables" teniendo como base las propuestas que ya habían sido presentadas.

La historia

La progresiva construcción de esta clase de estructuras respondió históricamente a la necesidad de reforzar la red de abastecimiento de aguas a medida que aumentaba la población. Dos de los primeros depósitos, hoy desaparecidos, que se menciona en la historia reconstruida de la Sociedad de Aguas de La Coruña „germen de lo que en 1978 se convirtió en Emalcsa„, son los de Os Castros, datado en 1928, y el proyecto de Ciudad Jardín, a principios de la década de los años 20 del siglo pasado. Los más recientes fueron construidos en la década de los noventa.

La ampliación de la red de distribución de agua transcurre, además, paralela al crecimiento de la estación de tratamiento de la Telva. El desborde de las aguas coruñesas es el reflejo de una ciudad que crece sin cesar desde los años 40 del siglo XX hacia su extrarradio, salvando todos sus desniveles.