Las puertas académicas se abren de nuevo para Obdulia Taboadela tras un fugaz paso por el Senado, al que llegó el pasado abril. La exconcejal socialista en A Coruña, responsable de las áreas de Interior, Personal e Informática de 2007 a 2009 y de Urbanismo hasta 2011, acaba de ser nombrada directora de la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Galicia, en la que releva a Jaime Rodríguez-Arana. Entre sus retos está el de reforzar la imagen pública de la institución.

De la facultad a la política, del Concello a la enseñanza, de las aulas al Senado, y ahora regresa a la universidad. ¿Da vértigo tanto salto?

Parece una locura, pero hay una cierta tranquilidad en estos cambios. Mis transiciones del ámbito académico al político y a la inversa superan el desconcierto.

¿Le decepciona haber sido senadora tan poco tiempo?

No puedo esconderlo. No salí elegida por muy poco al ir como número dos de la lista. En la breve etapa formé parte de comisiones muy interesantes para beneficiar a los ciudadanos gallegos. Por fortuna, pude regresar a mi puesto de profesora titular en la Universidade da Coruña.

¿Con qué se queda de esa escasa actividad?

Pese a estar el Gobierno en funciones, echamos a andar las comisiones y fui vicepresidenta de la Comisión para el Reto Demográfico. Me siento orgullosa de un pleno en el que apoyamos una moción a favor de las víctimas del franquismo y la represión; fue un momento en el que pensé especialmente en mis abuelos y en mi madre.

¿En qué se va a traducir ahora su ilusión con cada cambio en su vida al frente de la UIMP?

Soy una apasionada del trabajo y de los desafíos. Es un honor formar parte de un equipo de una universidad de gran prestigio social que ha ayudado a poner en el mundo sus cursos de verano durante tanto tiempo. La sede gallega de la UIMP tiene el respaldo de la Diputación, la Xunta y el Concello y bajo mi dirección espero que aumenten la colaboraciones con otras instituciones y empresas gallegas.

¿Qué retos le han puesto ya encima de la mesa?

La rectora, María Luz Morán, que fue mi profesora y compañera en la Complutense, me ha trasladado que quiere que la marca de la UIMP se vuelva a poner en el mapa a través de una mayor difusión. La institución, le pongo un ejemplo, permite a unos 10.000 universitarios cada año, con su patrocinio, realizar un curso de inmersión en el idioma inglés en una ciudad que no es la suya; y A Coruña es una de las que acoge más estudiantes. Pero esta actividad tan útil socialmente es apenas conocida entre la población, como ocurre con la formación que damos a los profesores sobre modernas e innovadoras técnicas pedagógicas.

¿No ha sabido la UIMP difundirse o la sociedad no ha sabido valorar su trabajo?

Ha habido un poco de todo. No ha trasladado toda su actividad de forma eficaz al resto de la sociedad. Esta es una importante tarea de las sedes, la de publicitar más y mejor lo que hacemos.

¿En qué quiere volcar esfuerzos?

Me corresponderá una de las principales tareas de la UIMP, que es la de fomentar el debate sobre las propuestas para desarrollar la sociedad gallega en cuestiones como la transición energética, la despoblación, la igualdad y la política a través de la aportación de soluciones académicas y reflexivas.

¿Va a seguir en la Ejecutiva provincial del PSOE?

Seguiré militando y trabajando. Mi partido me ha dado grandes alegrías, aunque algún disgustillo. Creo en nuestro compromiso para mejorar la vida de las personas y yo quiero hacerlo a través de la docencia y de la política.

Y usted, como el Rey le dijo al presidente Sánchez, ¿augura que el "dolor viene después", tras tanta dificultad para formar gobierno?

La política no está exenta de disgustos, como la vida misma. Creo que el periodo actual, sin mayoría parlamentaria amplia, va a ser complejo. El reto está en saber dialogar y llegar a acuerdos.