Casi una manzana en A Falperra, entre las calles Sinforiano López, Fuente Seca del Monte y Falperra, lleva más de veinte años en estado de abandono y ruina. La vegetación descontrolada convive con la piedra sucia y pintada y apenas queda inmueble en pie. La empresa que había adquirido la superficie quebró y el solar quedó casi como estaba. Una de sus construcciones sufrió muchos daños a consecuencia de un incendio y fue demolida, pero no las demás, que estaban muy deterioradas. Lo cuenta Mari Carmen Seoane, quien desde hace 22 años trabaja en la escuela infantil Dana, en una esquina de la calle Pozo y con un acceso a Fuente Seca del Monte. Es su directora, desconoce de quién es propiedad el terreno ahora y lamenta que ninguna administración haya aprovechado la situación en que se encuentra el lugar para adquirir ese suelo e invertir en mejoras de movilidad en el barrio.

"Más que molestar, lo que provoca esta zona es una mala imagen en el entorno. Hemos pedido soluciones al Ayuntamiento, sobre todo porque la movilidad es muy complicada en el barrio y muchos coches entran en la plaza [Francisco Prego], donde no pueden, y quedan aparcados bajo los soportales todo el día. No se invierte en mejoras del barrio", comenta Seoane.

Muy cerca de la escuela infantil hay otras construcciones abandonadas y viviendas vacías en edificios con residentes pero que están en mal estado. Sin embargo, "la rehabilitación se mueve" en el barrio, asegura la responsable de Dana, mismo delante de su centro. Hay otros aspectos urbanos que también lamenta: "Es difícil ver barrenderos por aquí, tienes que llamar tú para que vengan a limpiar las escaleras mecánicas de Maestro Clavé. Y las barandillas y la rampa están sucias y las jardineras descuidadas".