El Ayuntamiento empezará próximamente un proceso contra las infraviviendas de A Zapateira y Feáns para "verificar" si están empleándose ilegalmente para acoger a inquilinos y "requerir que cesen los usos no permitidos", según indicó ayer el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, cuyo departamento tramitará las diligencias. Fuentes municipales señalan que la actuación empezará la semana que viene, con la notificación a los propietarios de los galpones de que se inspeccionarán sus propiedades.

Según señalan fuentes municipales, el Ayuntamiento cuenta con un "listado de parcelas" en las que hay infraviviendas. Su "base" es un estudio realizado el año pasado por la arquitecta Cristina Botana por encargo de la Diputación en el que se identificaron 104 galpones habitados que no superan los 18 metros cuadrados y por los inquilinos abonan alquileres de entre 220 y 330 euros al mes.

Los edificios incumplen la normativa de habitabilidad y por tanto, señala Villoslada, el uso residencial "no es admisible". Para acabar con este fenómeno, que ya fue detectado en un estudio de tres arquitectos de la Universidade da Coruña en el año 2008, el edil contempla la posibilidad de tomar "otras medidas para impedir que esto se retome", o incluso establecer "mecanismos de inspección periódica". La semana pasada, el Gobierno local ya había planteado precintar los inmuebles, o realizar cortes de suministro de luz y agua.

La demolición no es prioritaria

Después de la publicación del estudio de 2008, el Concello abrió varios expedientes y ordenó la demolición de algunas de las infraviviendas por infracciones urbanísticas. Los que tienen orden de derribo aún podrían ejecutarla, ya que prescribe a los 15 años. Sin embargo, Villoslada señaló que la prioridad es que "cese el uso ilegal" como vivienda.

En este sentido, el concejal de Urbanismo señaló que los edificios pueden ser legales si se usan como almacenes, para guardar "algunos aperos o leña", pero que no pueden albergar "a personas en condiciones no permitidas". Aunque dejó abierta la posibilidad de que "pudiésemos volver a decretar alguna demolición", señaló que podría darse el caso de que un derribo no fuese posible, y que en ese caso se trataría de impedir el uso como vivienda.

Estas viviendas precarias nacieron en A Zapateira en los años 70, destinadas a estudiantes. Seguían suponiendo la mayoría de los usuarios identificados por el estudio de 2008, que identificó 97 galpones. El trabajo de Botana, que amplía el número a 104 y señala que se han extendido a Feáns, determina que actualmente los ocupan en su mayoría a adultos con trabajos precarios o en paro.