Como uno más de los clientes que, a diario, van a desayunar a la cafetería Sucre, el actor Carmelo Gómez se sentó en una mesa y compartió fotos, autógrafos, preguntas y respuestas el sábado por la mañana en la calle de la Franja. Endulzó el café a todos los que estaban en el local, al prestarse a compartir ese momento con ellos con un trato cercano y amable. Por la noche, le tocaba actuar muy cerca, en el Rosalía.