"Basta ya después de treinta años", manifestó ayer el presidente de la asociación de vecinos Ensenada del Orzán, José Luis Méndez, sobre los problemas causados por los negocios de ocio nocturno a los residentes entre la plaza de Pontevedra y el Museo de Belas Artes. Un informe elaborado por el colectivo vecinal, acompañado por vídeos y fotografías tomadas por los residentes, considera que el 62% de los establecimientos hosteleros del barrio causan molestias, ya que 50 de ellos han generado quejas o denuncias. Este periódico intentó ayer sin éxito obtener la versión del Concello y hosteleros de la zona acerca de este problema.

Para los afectados, la solución pasa por la prohibición de beber en la vía pública, ya que consideran que si se aprobara esa norma "estaría todo solucionado", según afirmó Méndez, quien reprochó que en la plaza de Santa Catalina se eliminó el botellón "en seis meses", mientras que en el Orzán los problemas persisten desde hace treinta y cinco años, a pesar de que, como ese espacio, está considerado como casco histórico y Zona Acústicamente Saturada.

El colectivo también expresó su temor ante la inminente prohibición del botellón en los jardines de Méndez Núñez, ya que sospechan que se desplazará a su barrio. La asociación, que presentó el informe sobre esta situación tanto al anterior Gobierno local como al actual, asegura que ninguno de los responsables municipales durante las últimas décadas ha actuado para resolver esta situación, que se traduce en la marcha de muchos vecinos, mientras que otros duermen con somníferos y tapones en los oídos. Méndez incluso mencionó el caso de una familia que se ve obligada trasladar las camas al pasillo para evitar el ruido que padece en los dormitorios.

DIEZ HECTÁREAS

El documento elaborado por la entidad cifra la superficie de la zona afectada en 10 hectáreas y señala que dentro de este espacio hay diferentes problemas en función de cada una de las áreas de diversión. En la que tiene por eje a las calles Socorro y Sol, la existencia de after hours deriva en agresiones graves, robos y venta de drogas durante las 24 horas, según esta asociación, mientras que en la de las calles Cormelana y Vista los locales hosteleros muy reducidos hacen que los clientes se queden en la vía pública y produzcan un ruido muy elevado.

El informe detalla que en la zona de la calle del Socorro el 60% de los establecimientos son considerados "perjudiciales" por las molestias causadas a los vecinos, mientras que en la Cormelana llega al 90%. Los afectados destacaron sin embargo que en esta última área el tipo de personas que acude no es conflictivo, pero que el ruido que hace en la calle impide dormir a los residentes.

Méndez admitió que la Policía Local acude en ocasiones ante las protestas de los perjudicados y efectúa mediciones de sonido en las viviendas, pero aseguró que "más de la mitad no son válidas porque el ruido de los locales es superado por el de la calle". La asociación hizo hincapié en los after hours, de los que explicó que abren a las cinco de la madrugada cuando no pueden hacerlo antes de la seis, y que sus clientes causan frecuentes problemas en el barrio hasta primera hora de la tarde.