Abrir el periódico o encender el televisor y ver que el hueco que ocupa tu casa ha desaparecido y en su lugar hay parte del nuevo hospital o un parque. Eso es lo que les ocurrió a los vecinos de Eirís el miércoles, cuando el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció la ampliación del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC).ampliación Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) Quejas, preocupación, incertidumbre y sorpresa. Un cóctel de sensaciones que lleva a los vecinos a concluir que "se podría hacer de otra forma".

Manuel Pedreira adquirió el terreno en el que se levanta su casa en los años 90, "cuando la Guerra del Golfo", apunta. "Me gustó la zona y la construí a mi gusto. Lo que tengo aquí, no lo voy a tener en otro sitio", asegura. Cuando vio las noticias, no podía creer que su vivienda formara parte del terreno que se prevé expropiar para llevar a cabo la obra. Pero ni siquiera quiere hablar de compensaciones: "Hay cosas que no se pagan con dinero y esta es una de ellas. Si la quisiera vender, ya lo hubiera hecho".

Había planeado pintar la fachada de la casa, para lo que "ya había pedido presupuesto", y siempre está pendiente de tenerlo todo en orden: "Pero si sé esto, no corto las tullas". Pedreira confiesa, además, que las últimas horas no han sido fáciles. "Casi no he podido dormir en toda la noche", reconoce, a la vez que repasa los 25 años que lleva viviendo aquí, "con unas vistas maravillosas y mucha tranquilidad".

Este vecino entiende que la ampliación del hospital es necesaria, pero también exige a las administraciones que "cuenten con la gente" para llevar a cabo sus planes. "No voy a discutir si está bien o mal, pero esta es mi casa y creo que los vecinos necesitamos explicaciones", expone, mientras detalla que algunas casas próximas "se construyeron en los últimos tres años". "Incluso hay una que empezó a construirse el año pasado. ¿Cómo pueden darle licencia y ahora expropiarla?", se pregunta.

"Por lo menos pedimos saber", resume Manuel Pedreira. Es lo mismo que opinan Manuel García y Estrella, su mujer, que compraron su casa en la zona "hace 40 años". Una historia que ahora se tambalea y se tiñe de incertidumbre. "Lo peor es que no sabemos nada", comentan, y aseguran que conocieron las noticias "por la prensa". "Nadie vino por aquí a decirnos que nos van a expropiar para ampliar el hospitalexpropiar para ampliar el hospital", critican.

Durante el día de ayer -y probablemente a lo largo de las próximas jornadas-, la construcción del nuevo hospital copó la mayor parte de las conversaciones. Vecinos de otras zonas de Eirís, que no se verán afectados, se pasearon frente a unas casas que pueden estar sentenciadas. "La verdad es que creímos que se iba a construir en otro sitio con terrenos libres", apunta un viandante.

Este es el barrio de José Manuel Rocha. Ya no reside aquí, pero cada fin de semana visita la casa en la que vivieron sus padres, al igual que hacen sus dos hermanos. "Tengo 65 años y prácticamente nací aquí. Es toda una vida", confiesa a las puertas de su vivienda. Le preocupa que ningún vecino "sabe nada de lo que va a pasar" y "no esperaba que la ampliación" se llevase su casa por delante. "Habrá que esperar a ver qué hacemos", declara.

Algunos vecinos ya están planeando movilizarse. Lo cuenta Cristina Durán, que ha recibido la llamada de otros afectados por las expropiaciones. "Nos enteramos por la prensa. Es increíble. Según las imágenes, esto afecta a mi casa y la de mis abuelos", asegura. Durán critica, además, que en el lugar de su vivienda figura "un parque". "Van a quitarnos las casas para hacer un jardín cuando aquí, en 50 años, no se han hecho paseos ni se ha tocado el alcantarillado", señala y confiesa que se sienten "sorprendidos e indignados". "Empieza una lucha muy grande", asume.

Una frustración que entiende Roberto Lameiro, propietario de la Escuela Infantil Golfiño, ubicada en la calle Castaño de Eirís. La ampliación del hospital, en principio, no perjudicará a esta edificación, pero sí a las casas próximas. "Avisé yo a algunos vecinos porque todavía no habían visto la noticia. Están muy preocupados", manifiesta.

Roberto Lameiro, que conoce a la gente del barrio por el día a día de su trabajo, aunque no viva ahí, defiende que "las cosas no se hacen así" y que "deberían haber notificado esto a las personas afectadas" antes de que el proyecto fuese publicado. El dueño de la escuela Golfiño es consciente de que "la ampliación" del complejo hospitalario "es necesaria", pero en las imágenes virtuales cedidas por la Xunta "figura un parque donde ahora hay casas". "Y eso no puede ser", concluye.