"Si lo sabes y no apuestas, duele". "Estamos en todas partes y lo vemos todo". "Eres lo que quieres ser. Apuesta por ti". Estas frases, acompañadas de una estética audiovisual efectista (planos cortos, montaje frenético, juegos de luces y sombras), son eslóganes que utilizan tres empresas del sector del juego en spots publicitarios para incitar al espectador a apostar. Lo hacen con el deporte como argumento principal, en algún caso con la presencia enfatizada de un popular actor o con la fugaz aparición de sonrientes futbolistas de élite de un mismo club. Esta estrategia promocional responde al aumento que en los últimos años ha experimentado el negocio que vincula el deporte con las apuestas, con la consiguiente repercusión económica que tiene en la sociedad. Pero a este auge le ha sucedido también una alarma social activada por otro aumento, el de las adicciones relacionadas con el juego, y por el incremento de jóvenes y menores enganchados a las apuestas deportivas.

Solo en A Coruña y su entorno fueron tratadas a lo largo de 2019 en la Asociación Gallega de Ludópatas Rehabilitados (Agalure) 77 personas adictas a las apuestas deportivas, de las que 28 juegan en portales de internet y el resto lo hacen en locales. El número equivale al 45,5% del total de usuarios a tratamiento en la entidad durante el año pasado, 169; los demás manifiestan otro tipo de adicciones al juego, principalmente las máquinas tragaperras. En dos años la asociación ha disminuido un 5,5% la cifra de pacientes, pero ha aumentado un 24% la de ludópatas que apuestan en competiciones deportivas.

En los últimos cinco años Agalure ha tratado a 434 usuarios que pidieron diagnóstico y fueron reconocidos con algún grado de ludopatía. La entidad advierte desde 2017 que en el juego online las apuestas deportivas son el principal atractivo de los ludópatas, seguidas por el póker. Además, alerta de que los jugadores son cada vez más jóvenes: la edad media de sus pacientes ha bajado a 36 años y la edad a la que suelen empezar a jugar es a los 19, muchos antes de cumplir 18.

Los casos de amaños y fraudes en las apuestas deportivas „algunos con largo recorrido judicial„ y la actividad sin licencia que desarrollan algunas casas de apuestas, también en A Coruña, han acentuado el estigma social sobre el sector del juego, en crecimiento gracias al impulso de una publicidad que carece de regulación en el ámbito.

El año pasado los vecinos de la ciudad incluyeron por primera vez la actividad de las salas de juego y locales de apuestas entre las preocupaciones principales que trasladaron a la Policía Nacional. El repunte de estos negocios y la apertura de salones en zonas próximas a colegios no ha pasado desapercibido a los ciudadanos. Agentes nacionales realizaron más de 30 controles en establecimientos, aunque no localizaron a menores.

La alarma en torno al deporte y las apuestas suena incluso en el mismo terreno deportivo, del que se alimenta la publicidad y el juego. Pocos han hablado, pero quienes no se han cortado se expresan con claridad, como el portero del Deportivo Dani Giménez, uno de sus capitanes. "A nadie le gustan las casas de apuestas, que son poderosas. A nadie le gusta que estén en los barrios obreros y que se aprovechen de la gente que tiene menos recursos, pero al final patrocinan equipos, competiciones... Esperemos que no sea demasiado tarde cuando nos enteremos de que no deberían ser así las cosas", ha dicho esta temporada.

La alerta procede de alguien cuyo club tiene entre sus patrocinadores a una empresa del sector del juego, como la mayoría en su categoría. Luckia es espónsor del Deportivo desde 2016 y ha renovado hasta 2021. En el estadio de Riazor hay también publicidad de otras casas de apuestas que se exhibe a través de los contratos del club con LaLiga y Mediapro. En la máxima división española de fútbol todos los equipos salvo uno, la Real Sociedad, anuncian firmas de juego; Barcelona y Real Madrid, por ejemplo, ingresan ocho y seis millones anuales respectivamente. Clubes de baloncesto también han firmado contratos con empresas que ofrecen a los apostantes variedad de deportes y torneos en los que fiar su dinero a resultados o incidencias para tratar de obtener ganancias.

Las administraciones han reaccionado ante la creciente preocupación vecinal. La Xunta, a través de un decreto temporal mientras no entre en vigor la nueva ley del juego, ha limitado a 118 el número de salones y a 41 el de locales de apuestas que se pueden instalar en Galicia; no podrán abrir más y si uno cierra no se inaugurará otro.

El Gobierno central, según anunció el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha avanzado que pondrá en marcha medidas inmediatas para regular la publicidad y controlar de forma más rigurosa el acceso de menores al juego. A mediados del año pasado la Dirección General de Regulación del Juego (DGOJ), dependiente del Ministerio de Hacienda, emitió una resolución que prohíbe las apuestas deportivas en torneos donde juegan "exclusivamente o principalmente menores", con el fin de evitar la "normalización" del juego y las apuestas en los menores de edad.

Consultados por este periódico, los clubes modestos del fútbol coruñés agrupados en la AFAC y las entidades deportivas adscritas a la Asociación de Clubes Coruñeses admiten su preocupación por el aumento de las apuestas en las competiciones de deporte, si bien aseguran que en sus ámbitos ni adultos ni menores se han visto involucrados en casos de apuestas.

casos de apuestas. En A Coruña el Gobierno local también ha actuado contra la actividad ilegal en el sector. Desde octubre pasado ordenó a más de una decena de salas de apuestas que cerrasen sus negocios por carecer de permisos municipales. Dos meses después casi todas volvieron a abrir tras presentar la correspondiente autorización autonómica —la Xunta es competente en el juego— que antes no habían acreditado y que sí les permite desarrollar su actividad. El Concello contabiliza alrededor de 30 locales (sin contar las terminales de apuestas que hay en bares), de los que dos aún no han regularizado su situación.

La Corporación local, además, aprobó por unanimidad en pleno una moción del BNG para la prevención y la lucha contra la ludopatía y otras adicciones con medidas como la prohibición de la publicidad de los juegos de azar en las instalaciones municipales y otros soportes dependientes del Ayuntamiento.

Las empresas de juego online destinaron en 2018 unos 221 millones de euros a promoción y marketing. Solo en apuestas deportivas se gastaron en España más de 9.300 millones, el triple que cinco años antes, según datos de la DGOJ. Este departamento registra en la actualidad 80 operadores del juego en el país y trece juegos regulados, entre ellos las apuestas deportivas.

El importe total de las cantidades dedicadas a la participación en el juego, lo que se conoce como margen de juego o GGR (por las siglas en inglés de Gross Gaming Revenue), alcanzó en 2018 los 850,6 millones de euros, de los que 167,2 corresponden al mercado online. El Estado—hay que recordarlo— saca tajada de las empresas del sector del juego mediante tasas para poder desarrollar su actividad y con la aplicación de distintos impuestos a las empresas y a los jugadores.

En un clima social adverso que resalta los peligros derivados de la actividad del juego, el sectorse siente en el centro de una diana dañado por casos de fraudes y apuestas ilegales, como el presunto amaño de partidos que destapó la operación Oikos en mayo pasado, que ensucian sus negocios. "En estos tiempos parece que tenemos que pedir perdón por ser empresarios, por ganarnos la vida, por crear empleo y regalarles un rato de ocio a nuestros clientes. (...) Me veo obligado a defender ante representantes políticos, medios de comunicación y parte de la sociedad que somos un sector normal,regulado y modélico. Desde el sector del juego privado siempre hemos hecho de la tolerancia cero nuestra bandera", expresaba hace tres meses en un encuentro del sector gallego, y ante el vicepresidente de la Xunta, el presidente de la Asociación Gallega de Empresas Operadoras (AGEO), Serafín Portas.

La multiplicación de negocios y el efecto del juego y las apuestas en los menores, los más vulnerables ante el impacto de la publicidad, hacen hoy más necesario un marco legal específico que establezca restricciones promocionales y proteja a los usuarios. "La publicidad usa técnicas psicológicas para vender productos y los espectadores muchas veces confunden la realidad con la ficción.La ludopatía es terrible y no se debe fomentar. Si podemos apelar a la moderación para consumir alcohol, es fundamental también una legislación que vele por los menores expuestos al juego. Fíjese que en los anuncios de casas de apuestas nadie bebe ni fuma, pero en cambio incitan al juego", comenta Rosa Fernández, directora de medios de la agencia de publicidad Imaxe.

Mientras tanto han surgido grupos en algunas ciudades que, con charlas, concentraciones y campañas en la Red previenen de los riesgos del juego y se alzan contra la multiplicación de negocios. EnA Coruña está activa desde octubre pasado la plataforma Fóra as casas de apostas dos nosos barrios. Uno de sus portavoces, Miguel García,sitúa en las calles, en el ciudadano y en el contacto con clubes deportivos y entidades educativas, la clave para protegerse de los efectos nocivos del juego: "Con la publicidad es inviable fomentar el juego responsable. Las soluciones frente al exceso de locales y su publicidad tienen que partir de los barrios".