El geólogo Juan Ramón Vidal Romaní, profesor emérito de la UDC y director del Instituto de Xeoloxía Parga Pondal, descarta que las marcas que hay en las piedras de Nostián por las que está proyectado que pase el poliducto de Repsol sean un petroglifo con valor histórico. En el informe que ha realizado para la empresa y que se le ha entregado ya a la Xunta concluye que las cazoletas que hay en las piedras son fruto de la acción de la naturaleza y que no pertenecen a un conjunto artístico.

Asegura que este caso ha sido más fácil que otros que ha estudiado, ya que, según las pruebas que ha realizado a la piedra, las marcas revelan que están en la parte más débil de la roca, de modo que concluye que son fruto de la erosión y de los fenómenos naturales y no de un intento artístico de los antepasados.

Este informe será estudiado por los técnicos de Patrimonio, que serán los encargados de emitir un dictamen y de decidir qué habrá que hacer con estas piedras. Actualmente, la tramitación del poliducto está parada a la espera de que la Xunta diga si hay que conservar este conjunto de piedras, si hay que cambiar el trazado de la obra o si todo sigue según lo previsto al entender que estas marcas en las piedras carecen de valor.

"Podemos encontrar geoglifos como estos en toda la costa de la Galicia granítica. En este caso están en este otro tipo de granito y parecen diferentes, pero hay criterios que permiten decir que no son antrópicos, que son naturales porque ese tipo de cavidades se forma por disolución del agua. El agua, con muchos miles de años, es capaz de disolver la roca dando lugar a este tipo de formas", explica el profesor emérito de la Universidade da Coruña. En algunos casos, estas cavidades naturales eran aprovechadas por los humanos para hacer conjuntos artísticos.

"Yo llevo muchos años estudiando estos procesos y, en este caso, todas las cavidades se relacionan con unas líneas de debilidad en la roca y están todas alineados con ellas. Si fueran artificiales, no tendrían esta alineación", concluye Vidal Romaní, que asegura que las marcas son fruto de procesos naturales.

Es por ello por lo que considera que no es preciso conservar estas formas en la roca, que fueron documentadas por la familia Monteagudo ya en 1979, como petroglifos. "Ni siquiera son excepcionales, como hay otros en otros lugares de la costa, que son más bonitos. El interés prioritario, en este caso, es conseguir que la refinería no haga atravesar esas cargas de petróleo que han causado tantos accidentes graves en A Coruña por la ciudad. Hay que conseguir que los petroleros descarguen su mercancía en el puerto exterior, que es menos peligroso que la descarga en la bahía", reflexiona Vidal Romaní, que considera que, en caso de que estas formas fuesen de origen antrópico y que tuviesen valor histórico, la ejecución de la obra que llevará el petróleo del puerto exterior a la refinería, justificaría cortar las piedras y "exponerlas en un museo".

El Concello también realizó un informe sobre este hallazgo de formas en las piedras de Nostián, para entregárselo a Patrimonio. En su documento advierte de que hay varias estructuras que tienen forma circular y pueden parecer cazoletas o agujeros de poste, pero indica que es necesario determinar si esas marcas en la piedra están hechas por el hombre o son fruto, por ejemplo, de la erosión, un estudio geológico, como el que ha realizado Vidal Romaní para Repsol.

Ahora es la Dirección Xeral de Patrimonio quien tiene que determinar qué medidas se toman con respecto a estas formas, que Vidal Romaní descarta que sean petroglifos.