Seis edificios, cinco de ellos de siete plantas, figuraban en el plan general aprobado inicialmente en 2009 en el Agra de San Amaro, a escasos metros de la Torre de Hércules. El entonces concejal de Rehabilitación, el nacionalista Mario López Rico, desveló este aspecto durante una charla y levantó la polémica en la ciudad, ya que el Instituto de Estudios Torre de Hércules alertó de que el faro romano podría ser excluido del patrimonio de la humanidad.

La Xunta obligó más tarde a prohibir la edificación en el lugar y dio origen a reclamaciones de los dueños del suelo, algunos de los cuales reciben indemnizaciones por el incumplimiento del convenio que les dio edificabilidad en el lugar. Diez años después, el conflicto sigue a la espera de una solución.