Una concha de vieira se erige en el corazón de Manhattan. Un homenaje al camino de Santiago y a sus peregrinos salido de las manos de un coruñés, el único hasta la fecha que cuenta con una de sus piezas en tan codiciada localización. Se trata del artista Manuel Ferreiro Badía (A Coruña, 1944), cuya obra Compostela, a fractal study of a shell ha sido seleccionada por el Ayuntamiento de Nueva York para formar parte del mobiliario urbano de la ciudad, dentro del programa Art in the Parks.

La pieza, elaborada en acero inoxidable, propone una adaptación geométrica del símbolo del camino por excelencia. Una obra en sí peregrina, ya que antes de recalar en su nuevo asentamiento partió de la Marina coruñesa y pasó por lugares como Australia y el valle de Nappa, en California. Del callejero neoyorkino no se moverá, al menos, hasta 2021.

"Es justo el año Xacobeo, no estaba planeado, pero coincidió. Fue una conjunción de suerte", señala Ferreiro Badía. Solo otro gallego, Leiro, puede presumir de haber contado con una de sus piezas en la Gran Manzana, y son alrededor de cinco los españoles reconocidos con la posición. "Cuando presentas un proyecto siempre esperas algo de reconocimiento, pero estoy contentísimo. Es muy importante", apunta el artista.

La pieza, aunque parece haberse instalado temporalmente, no abandonará el peregrinaje, ya que, tras su aventura neoyorkina continuará su camino hacia su destino definitivo. "Las obras terminan su recorrido en algún momento. Tenía una en Australia que me compraron para poner junto a un colegio. Llega un momento en el que la obra deja de viajar", relata Ferreiro Badía.

Un reconocimiento que no ha venido solo, ya que la noticia de la selección ha llegado en paralelo a otro anuncio dulce. El mismo autor ha sido galardonado, paralelamente, con la Medalla de Bronce y el premio John Cavanaugh por otra de sus obras, en este caso la pieza Dance, expuesta desde noviembre en la National Sculpture Society de Estados Unidos. "Fue muy interesante acudir a Nueva York a recoger el premio. En esa ciudad hay un censo de 100.000 pintores, es todo abrumador", explica Ferreiro Badía, quien recibió el galardón de manos del presidente de la entidad, Michel Langlais.

Pese a que no le faltan proyectos internacionales, como la Bienal Fidem en Tokio, en la que participará el año que viene, el autor no ha olvidado dejar su impronta en su ciudad. Suyas son la escultura de Castelao de los Jardines de Méndez Núñez, la pieza Mar Ártabro del paseo marítimo o la paloma de la paz de la plaza de Pontevedra. "Es lo bonito del arte, que pueda ser disfrutada por todo el mundo. Es lo que te permiten las obras en espacios públicos, aquí y en Nueva York", añade la hija del artista, Juana Ferreiro.