Nuevo ciclo para Loida. La veterana cadena de peluquerías coruñesa, con casi cuatro décadas de actividad, cambia de dueño, pero Loida seguirá en los salones. La empresa contará con un nuevo gestor, la multinacional Provalliance a través de su filial Provalliance España, que se encargará de administrar la firma y mejorar sus servicios. Loida Zamuz, fundadora de la primera Loida que abrió en A Coruña en 1982 e impulsora de sus otros seis establecimientos de belleza en la ciudad y en Santiago, no se jubilará. Se lo impide "la pasión" por su profesión, las mismas ganas de trabajar de siempre. "¡Y tanto!", exclama.

"Vamos a dar un salto de calidad y de atención que a mí me permitirá tener una dedicación mayor al día a día de la peluquería. Mi cabeza va a estar más libre", admite la hasta ahora propietaria de Loida, a quien siempre le ha gustado más moverse entre secadores, tijeras, peines y productos de belleza, que en las oficinas desde las que en 38 años ha explotado las peluquerías de su grupo. Primero desde la calle Cabo Santiago Gómez, después en Emilia Pardo Bazán.

"La integración de Provalliance mantendrá la filosofía y la esencia de Loida, su imagen o identidad", asegura, por si algún cliente enterado de la operación desconfía del cambio en la gestión del negocio. ¿Y cuál es esa esencia? "El trato al cliente, el buen servicio, y sobre todo cuidar la salud del cabello, la piel, las manos. Cada vez es más importante trabajar mejor la salud del ser humano en todas sus vertientes", explica con calma.

Provalliance tentó a Loida hace doce años y la unión de intereses se barajó también más veces desde entonces. La peluquera no consideraba oportuno dejar su grupo empresarial en manos ajenas, pero ahora sí es buena ocasión para una gestión diferente sin que ella deje de estar atada al trabajo diario. "Ha sido una decisión difícil, pero yo no tengo quien me siga en la empresa. Cumples años y tienes inquietud por qué va a pasar con las peluquerías y los trabajadores si a mí me pasase algo", explica Loida.

Cuando empezó a peinar y a descubrir los encantos y secretos de su trabajo, Loida Zamuz comenzó también a construir sus sueños: "hacer una gran empresa de una peluquería". Nacida en Vilardomato (Lugo) en 1956, con 5 años emigró con su familia a Caracas y regresó al cumplir los 15. No tardó en encontrar empleo en un salón y en 1982 abrió su propio negocio.

"El otro día me escribió una amiga que había leído que cambiábamos de dueño. '¿Te acuerdas de cuando nos conocimos en 1979 en la peluquería?', me dijo", cuenta Loida. Ese contacto refleja otra de las características de su actividad a lo largo de las décadas, la fidelidad que, asegura, ha creado en muchas clientas. "Hay un público que se mantiene desde hace muchos años, incluso con generaciones familiares, pero también hemos ido captando clientes jóvenes, profesionales de muchos sectores, y niños, a los que adoro".

En este tiempo Loida ha visto cambiar su entorno „la misma ciudad„ a través de su clientela. "Antes una mujer iba a la peluquería a peinarse, hoy no va a peinarse solo, sino a cambiar de color, a cuidarse el cabello, probar otro corte. Hoy hay más preocupación por la salud de la piel o el pelo, que es mucho más importante que los maquillajes. Lo mismo sienten los hombres, que se dan cuenta de que la piel se mancha y hay que cuidarla e hidratarla con cremas a diario", compara.

Estos y otros consejos los seguirá dando Loida Zamuz en sus peluquerías, que pasarán a engrosar el amplio número de salones que tiene Provalliance en 35 países, más de 4.000. Los 150 empleados actuales mantendrán sus puestos, asegura la multinacional. "Yo seguiré ahí al pie del cañón, de otra forma no sé estar: dedicada a los clientes", confirma la veterana peluquera.