El botellón ha desaparecido de los jardines de Méndez Núñez. Pero no es la única medida del Concello para acabar con esta práctica. La concejala de Bienestar Social, Yoya Neira, revela que el objetivo es "seguir la pauta de Islandia", para lo que el ocio alternativo es clave. "Vamos a hacer un mapeo de los distintos perfiles de juventud, también del ambiente universitario, para ver cuáles son las alternativas que se les pueden dar", cuenta.

Los primeros programas centrados en actividades para jóvenes se desarrollaron con el Gobierno de Javier Losada, cuando Ermitas Valencia, del BNG, ocupaba el cargo de edil de Juventud. "Fue un revulsivo importante y muy novedoso, pero no sé si ahora será suficiente", reconoce.

A Valencia le preocupa que "cada vez hay más menores consumiendo alcohol" y que, "aunque el Concello le dé muchas vueltas a la oferta de ocio alternativo o cultural, siempre va a haber gente que quiera hacer botellón".

De ahí que sea "fundamental" escuchar las necesidades de los jóvenes y alertar de los peligros. La concejal de Marea, Silvia Cameán, que se encargó en el mandato anterior del área de Xustiza Social, recuerda "el programa de sustitución de sanciones a menores por consumo de alcohol". "Es importante que sepan cuáles son las consecuencias de beber alcohol", apunta.

Además, el Concello había lanzado una iniciativa para informar a los jóvenes en el botellón. "Eran cinco educadores que, de madrugada, sensibilizaban a las personas que estaban en los jardines y les proponían actividades o un mejor comportamiento que consistía en, por ejemplo, recoger los residuos generados", explica Cameán, que asegura que "muchos de los jóvenes no conocían las ofertas de ocio alternativo". "Hay que informar", resume.

Miguel Lorenzo, concejal de Servicios Sociales con el PP de Carlos Negreira, defiende que estas actividades saludables "son una de las posibilidades" para erradicar el botellón, pero no la única. "La solución está también en que trabajen, de forma conjunta, educadores, familias y políticos", expone, a la vez que señala que "el problema es el botellón y no donde se haga".

El popular asegura que "la implicación de padres y madres" es clave para concienciar a los más jóvenes, una idea que también comparte Yoya Neira. "Hay que hacer un trabajo coordinado. No se puede descansar el peso absoluto en la administración pública. Tienen que ser conscientes de lo que hacen sus hijos e inculcarles las consecuencias nefastas que esto conlleva", opina la concejal de Bienestar Social.

Los planes del Concello son ampliar las infraestructuras dedicadas al deporte, "como pistas de skate"; impartir charlas sobre consumos y mantener la oferta del programa Nocturnia. "Veremos las actividades que tienen mayor acogida e iremos respondiendo a las demandas que se van planteando", dice Neira.

Además, el Gobierno local refuerza la vigilancia policial para evitar que el botellón llegue a otros puntos de la ciudad después de su prohibición en Méndez Núñez. Para Ermitas Valencia, esta no es la mejor opción. "Las Zonas de Especial Protección se hicieron para que no se molestase a los vecinos, no para esto. Lo que tenía que haber hecho el Concello es intervenir en los jardines y evitar que se hiciesen destrozos. Ahora se va a desperdigar. El tiempo lo dirá", concluye.