"Los estudiantes de Primero de Bachillerato es lo que llamamos grupo de riesgo. Siempre piensan que a ellos no les va a pasar nada, pero sí que les pasa", explica Silvia Castro, la encargada de Educación Vial de la Policía Local que, el pasado jueves, impartió una jornada de concienciación entre los estudiantes de este curso del instituto Salvador de Madariaga y del Paseo das Pontes. En total, participaron 170 alumnos y alumnas, todos jóvenes, algunos, a un paso de poder sacarse el carné y tener entre las manos su primer coche, otros ya con experiencia en la carretera, con motocicletas, bicicletas y patinetes y, absolutamente todos, con miles de kilómetros en las piernas como peatones. "Trabajamos desde su punto de vista de que nunca les va a pasar nada y les enseñamos un vídeo de dos jóvenes, como ellos, que graban su propia muerte", comenta Castro.

Es un documento que cedió una mujer inglesa, madre de uno de los fallecidos, para concienciar a los que, como su hijo, se creen inmortales. "Habían ingerido alcohol y se les ve bromeando, acelerando para subir el vídeo a redes sociales y, de repente, un golpe. Ya no se ve nada más, hasta que se escucha la voz de la primera mujer que va a socorrerlos", describe Castro, que acude a estas jornadas acompañada siempre de Iván Montero, un joven ciclista que, seis años atrás sufrió un accidente que le dejó sin piernas, casi igual que el que segó la vida a un bombero del parque de Arteixo, este miércoles. "Con esta actividad, queremos que los alumnos vean un accidente desde todos los puntos de vista", dice Castro, desde el de la víctima, que tiene que ser liberada por los bomberos, en una maniobra "larguísima", y que se va en ambulancia, y de la del conductor, que se va esposado, al dar positivo en la prueba de alcoholemia. Para ello, hicieron un simulacro en el patio del Salvador de Madariaga, con un coche viejo y los servicios de emergencias.