Cada año estudiantes de todo el mundo preparan sus maletas para poner rumbo hacia la ciudad coruñesa y completar aquí su formación académica. Algunos vienen por el prestigio de sus facultades, otros por la oferta cultural, unos pocos románticos por las vistas al mar y hasta por el Deportivo. Sea por el motivo que sea, el número de estudiantes extranjeros que deciden trasladarse a A Coruña es cada vez mayor, y este año la Universidade ha recibido a un centenar de personas más que el anterior.

La cifra se batió ayer, con la recepción de los 276 alumnos que se incorporarán al segundo cuatrimestre y que suman junto con los del primero un total de 745 estudiantes, entre los que se encuentran representados los cinco continentes del mundo. "Este año se han ido 400 alumnos de la UDC a estudiar al extranjero, y han llegado casi 800. Cada vez son más, y de países más diferentes, algo que se ha conseguido con el esfuerzo de la universidad", explica el director de la Oficina de Relaciones Internacionales, Evaristo Zas, que añade que la mayor parte vienen desde países como México (64), Italia (37), China (23), Rumanía (20), Polonia (18) y Argentina (17) con programas Erasmus o de convenios bilaterales.

De México es Adrián Felipe Vélez Riveira, futuro ingeniero informático que desde el principio tuvo claro su destino por un motivo: su pasión por el fútbol. "Desde que estoy aquí he ido a ver dos veces al Deportivo a Riazor. Vine a España porque viven mucho el fútbol, pero en A Coruña también me encontré unas vistas al mar impresionantes", afirma Vélez. El joven mexicano cuenta que lo que más extraña de su país es el clima, "mucho más templado", aunque lo compensan la buena gastronomía y el paisaje: "La comida no lleva picante, pero está rica, y la ciudad es muy bonita".

Otra de las estudiantes mexicanas es Dayan Suraya Chávez Tannos, una alumna de arquitectura que cruzó el Atlántico dispuesta a vivir la experiencia en "una ciudad extraordinaria". "Vengo desde México, y escogí este destino por casualidad. Cuando llegué me encontré con una ciudad ideal para estudiar arquitectura por su background cultural, ideológico e histórico, y con un ambiente estudiantil que me hace crecer como persona", comenta Chávez.

Las razones por las que están aquí son diversas, pero todos tienen una cosa en común: que esta experiencia les cambiará la vida, y que A Coruña será la protagonista de su aventura. "Hacer un Erasmus es importante a nivel académico, pero también a nivel personal. En A Coruña los estudiantes conocerán una España que no sigue clichés, una Galicia verde, una ciudad muy humana que mira al Atlántico con un cruce de culturas" , concluye Evaristo Zas.