La firma de la cesión de la fábrica de armas a la Universidade da Coruña entre el rector, Julio Abalde, y el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, programada para hoy marca el punto de partida del proyecto conocido como Ciudad de las TIC. La iniciativa, que también es impulsada por el Cluster TIC Galicia, que agrupa a las empresas de este sector empresarial en la comunidad, no solo pretende recuperar para el uso productivo las antiguas instalaciones fabriles, sino generar un desarrollo aún más intenso de un segmento económico que cuenta en A Coruña con algunas compañías destacadas.

El complejo industrial de Pedralonga se inauguró en 1958 para albergar la fábrica de armas de la Empresa Nacional Santa Bárbara, que en 2001 fue vendida a la multinacional estadounidense General Dynamics, aunque la factoría continuó en manos de Defensa. La compañía cerró la planta en 2013 y el ministerio adjudicó al año siguiente su explotación a Hércules de Armamento, cuyo proyecto empresarial fracasó, por lo que en junio de 2018 se inició el proceso para recuperar la fábrica, que culminó el pasado martes.

Una vez que la antigua concesionaria abandonó el recinto, Defensa puede cedérselo ahora a la Universidade da Coruña, con la que firmará un acuerdo para una concesión por un periodo de 25 años, ampliable hasta un máximo de 50. Esta fórmula abrirá un proceso transitorio previo a la constitución de un consorcio del que previsiblemente formarán parte diferentes administraciones. La Universidad abonará un canon anual de 260.000 euros como tránsito a la creación de un consorcio entre administraciones, aunque al cabo de cinco años podrá plantearse la posibilidad de que este ente adquiera la propiedad de la factoría.

El proyecto Ciudad de las TIC será de propiedad pública en su totalidad, aunque deberá elaborarse un sistema de gestión que dé participación a los diferentes actores que intervengan. Se desarrollará por fases, en la primera de las cuales ocupará solo 35.000 de los 127.000 metros cuadrados, menos de la mitad de su superficie total, que serán cedidos ahora por Defensa. La inversión global será de 50 millones de euros, pero en esta primera etapa solo se invertirán 20 millones para rehabilitar los 17 edificios existentes, que se sumarán a los únicos dos de nueva construcción que habrá en el complejo.

Estas obras harán posible la instalación de las empresas que ya han mostrado su interés por participar en el proyecto. Indra, que prevé ocupar 15.000 metros cuadrados, es una de ellas, junto con R, Éveris, Cinfo e Igalia, a las que se sumarán por parte de la Universidad la Facultad de Informática y el Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y la Comunicación (Citic). La previsión con la que trabaja la Universidade es que la primera implantación de una compañía en Pedralonga se produzca en el plazo de dos años.

La fábrica cuenta con seis naves de gran tamaño que albergarían a las empresas que dispondrían además de un edificio en el que se instalarían servicios de colaboración entre ellas, así como de otro de tipo administrativo con espacios utilizables de forma conjunta. Otro de los inmuebles será destinado a centro de investigación e innovación, mientras que en el complejo habrá también un espacio de coworking y vivero empresarial, otro para la formación especializada, además de comedor, cafetería, escuela infantil, gimnasio, un área deportiva y zonas verdes.

La imposibilidad de que la antigua fábrica tenga acceso directo a la avenida de Alfonso Molina debido al intenso tráfico que soporta lleva a la Universidad a plantear el uso de dos de los actuales caminos que enlazan Pedralonga con el parque ofimático para mejorar la comunicación de este lugar, en el que se prevé que trabajen 2.500 personas.

La convivencia entre centros docentes, de investigación, empresas y administraciones en este enclave tiene por finalidad generar iniciativas conjuntas que redunden en beneficios para todas las partes. Aunque algunas de las compañías interesadas en el proyecto ya cuentan con presencia en el área coruñesa, la Ciudad de las TIC les permitirá concentrar sus instalaciones actuales. Las ideas que nazcan de la actividad del complejo podrán además producir la creación de nuevas empresas, a las que podrían añadirse las atraídas desde el resto de España y el extranjero.

La existencia en el área metropolitana coruñesa de compañías de las tecnologías de la información y la comunicación que emplean a 3.000 personas y la acuciante falta de espacio para su expansión son uno de los factores que justifican la puesta en marcha de la Ciudad de las TIC, junto con la orientación de varios de los centros universitarios coruñeses hacia este sector tecnológico.

El Concello coruñés es por el momento la única administración, al margen de la Universidade, interesada por participar en el proyecto. La Xunta, por su parte, no ha aclarado todavía si se integrará en el futuro consorcio y la única financiación que reserva en el presupuesto de este año forma parte de una partida genérica de 8,3 millones, de la que dijo que podría ampliarse en función de la marcha de este iniciativa.

Dos asociaciones vecinales de Palavea y otras de Eirís, Pedralonga, A Zapateira y Castro de Elviña integran una plataforma que reclama información precisa sobre la Ciudad de las TIC.