El hospital Materno Infantil Teresa Herrera se someterá a partir de ahora a exámenes periódicos, cada año, para ver cómo evoluciona el deterioro de su hormigón, según avanzó ayer a este diario el arquitecto del área sanitaria de A Coruña, José Manuel López Mihura. "Actualmente, el edificio tiene toda la capacidad portante intacta", aseguró el arquitecto, aunque prevé que, en "quince o veinte años" se quede obsoleto, no solo por la degradación de su material sino también por sus instalaciones. Será entonces el momento de "jubilarlo".

López Mihura adelantó el pasado miércoles, en un debate organizado por la asociación Coruña Metropolitana 3.0, sobre el proyecto del nuevo hospital, que el edificio estaba "enfermo" y que, "en breve, llegará al final de su vida útil".

"Aunque ahora mismo esté bien, ya empieza a mostrar algún indicio de la enfermedad del hormigón, que es la carbonatación. De aquí a unos años, de diez a veinte, vamos a estar observándolo periódicamente porque es posible que haya que jubilarlo. Sus instalaciones se van quedando obsoletas y, por mucho que vayamos cambiando trocitos, las líneas generales, tanto de electricidad como de fontanería, saneamiento y las térmicas, se quedan anticuadas para un hospital moderno. Habría que cambiarlo todo y después volverlo a abrir", explicó ayer López Mihura, que hizo hincapié en que no sería muy complicado hacer reparaciones en el edificio para alargar su vida útil, ya que bastaría con "colocar vigas „metálicas o de otro material resistente„ debajo de las ya existentes", para que funcionasen como nuevo sustento de la estructura. El problema, en este caso, según López Mihura, no es tanto técnico, ya que es conocida la solución, sino económico, porque "encarece muchísimo" reforzar cada una de las vigas que lo necesiten en este inmueble, que se inauguró en 1951, como Residencia Juan Canalejo y que, en 1985, mudó ya a hospital Teresa Herrera.

El proyecto de ampliación de las instalaciones sanitarias presentado por la Xunta y el Concello prevé la construcción de un edificio en espejo en los terrenos anexos al actual hospital y que los servicios que, actualmente, se prestan en el Materno Infantil pasen a estas nuevas instalaciones, de modo que, el plan culmina con el desalojo de este edificio que es titularidad de la Tesorería General de la Seguridad Social y que se revertirá en cuanto pierda sus usos sanitarios. Con esta mudanza, el Sergas evitará el desdoblamiento de servicios, como el de Farmacia.

López Mihura matiza que, a pesar de lo que dijo en el debate el miércoles, la enfermedad que padece el edificio "no tiene por qué ser precisamente aluminosis", que es una degradación por causas muy concretas de la resistencia del hormigón. Entre ellas, que el componente principal del cemento con el que se hace el hormigón sea la alúmina o bauxita, un material que, según los profesores consultados por este diario, no era común en Galicia para grandes edificaciones, pero sí en ciudades como Barcelona, en los que apremiaba su uso, ya que este hormigón conseguía una consistencia mayor en un tiempo menor que el que se hacía con otras bases, como la caliza.

"En los sitios en los que hemos analizado la estructura hemos visto que el hormigón está bastante deteriorado, sobre todo, en viguetas y forjados, también en vías y pilares, pero más en forjados y viguetas", resumió López Mihura, que considera que sería bueno derribar este edificio y erigir otro, también para usos sanitarios en este enclave, de forma escalonada, aprovechando la pendiente entre la carretera de As Xubias y las vías del tren.

A la profesora titular del Grupo de Construcción de la Escuela de Caminos de la Universidade da Coruña, Belén González Fonteboa, le gusta explicar el proceso de formación del hormigón como el de "la tortilla de patatas". Hay un ingrediente principal que, en este caso, es el cemento y otro que lo liga, según los componentes y la temperatura, la receta saldrá más o menos cuajada o resistente.