Comunidades de propietarios de edificios situados al inicio de la calle del Orzán presentaron escritos en el Concello denunciando la actividad de locales de hostelería situados en la zona, a los que acusan de perturbar el descanso de los vecinos por el ruido que generan sus clientes en la vía pública, ya que su reducido tamaño hace que muchos de ellos consuman en el exterior, a lo que se añade el volumen de la música del interior, que consideran muy elevado. Los afectados se quejan en especial de un establecimiento after hours que acaba de ser multado por el Gobierno local con 30.000 euros por superar en dos ocasiones el aforo máximo permitido.

Según los vecinos, sus clientes permanecen en la zona hasta primera hora de la tarde del día siguiente y generan conflictos entre ellos, además de atemorizar a los transeúntes y llenar la calle de suciedad. El ambiente creado por estas personas hace que los turistas que se dirigen hacia el paseo marítimo eviten pasar por allí, según los residentes, quienes aseguran que recientemente una mujer denunció en la policía un incidente que sufrió cuando regresaba a su casa tras recoger a su hija en el colegio.

Los afectados enviaron un escrito a la alcaldesa el pasado 25 de septiembre exponiendo estos hechos pero desde entonces no han tenido contestación. Tras la prohibición del botellón en los jardines de Méndez Núñez y la intensificación de la vigilancia en el Orzán ante el temor a que pudiera trasladarse allí, los vecinos aseguran que no han notado una mayor presencia policial y que los problemas persisten.

Los hosteleros del barrio iniciaron esta semana una plataforma, que ya engloba a casi veinte establecimientos, para luchar contra el "alarmismo" sobre sus actividades. El propietario de un local situado al inicio del Orzán y uno de los promotores del grupo afirma que entre los negocios nocturnos hay "conciencia" a la hora de cumplir las normas sobre ruido y horas de cierre y rechaza una mayor presencia policial.