Cuando los clientes cruzan las puertas acristaladas de su librería, Laura López sabe qué recomendarles. La propietaria siempre encuentra el relato justo entre las decenas que se amontonan en su tienda, que levantó hace tres años como un hogar para los más pequeños en el número 3 de Monasterio de Caaveiro. Entre los estantes blancos de Sueños de Papel, los niños pueden leer sobre aventuras, pero también sobre el vínculo con sus padres, sus abuelos o sus amigos. "Cuando me preguntan por esos libros no hay problema, pero a veces vienen tías. Y, por mucho que busqué, nunca encontré nada que tratara esa relación con los sobrinos desde el punto de vista del amor", cuenta la librera.

Cómplices de aventuras, el relato que prepara en el horno, está ideado para llenar ese "vacío". Hace un mes la carencia impulsó a la coruñesa a lanzarse a la escritura, e inventar aquello que extrañaba en sus anaqueles. La obra retrata esta peculiar ligazón de parentesco, que se distingue de la que el niño establece con sus progenitores. Una treintena de páginas, ilustradas a color por María José Rodríguez, dan fe de la diferencia como una lista de "deseos de una tía a su sobrina", que le promete que "siempre estará ahí" y que "escuchará lo que no puede contarle a su madre".

El proyecto saldrá en julio con la editorial Cuatro Hojas, que ha puesto en marcha con López una campaña de crowdfunding para hacer posible su publicación. La iniciativa se abrió el pasado domingo con una meta de 1.500 euros, y el marcador avanza a buen ritmo, con más de la mitad conseguido de la mano de más de una treintena de mecenas. El 27 de marzo es la fecha límite que se ha marcado la autora para lo que será su debut literario. A pesar de ser el primero, asegura que escribir el relato fue sencillo, tanto por el tiempo que la idea llevaba rondándole como por tener como inspiración un caso real.

"No soy ninguno de los personajes, pero tomé como referencia el amor incondicional que una amiga tiene por su sobrina. El libro le llegó al corazón y, cuando se lo conté, se ilusionó mucho", recuerda la coruñesa, que ha querido romper "el cliché de la tía que está un poco loca" con su relato. El libro es para López "el cierre de un círculo", que empezó hace años con su labor como educadora infantil. Fue en los diez años que pasó como docente cuando se enamoró del mundo de la literatura para niños, de la que ha reunido en su casa una colección de más de medio centenar de ejemplares.

Muchos los adquirió con la "excusa" de lo que durante algún tiempo fue su oficio, cuentacuentos profesional. La pasión la llevó a emprender y a crear su propia librería, en la que sigue organizando actividades para fomentar la lectura entre los más pequeños. A su local acuden niños desde los seis meses, porque "cualquier edad es buena para empezar a leer". "Tienen que tocar los libros, verlos como un juguete más. Si queremos que los adultos lean hay que hacer que comiencen desde la infancia, y ahora hay todo un mundo donde pueden escoger".