La situación de alarma generada por el coronavirus,coronavirus que parece estar cada vez más cerca con sus primeras víctimas mortales en Italia; la calima canaria y la sátira carnavalesca, que se atreve a reírse de todo, se han unido esta semana en A Coruña. El resultado de tan inesperado cóctel se ha hecho notar en las farmacias: la práctica totalidad de las boticas coruñesas se ha quedado sin mascarillas, y las pocas que todavía conservan reservas cuentan con que duren pocos días.

Así lo confirma el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña: "En las distribuidoras farmacéuticas no hay mascarillas ahora mismo". Pocas son las farmacias de la ciudad en las que no entra, cada día, un mínimo de interesados en el ansiado producto, aunque son mayoría los que tienen que marcharse con las manos vacías. Ya hay quien incluso ha empezado a hacer "barridos telefónicos" por todas las farmacias de la ciudad para localizar con más presteza las existencias que podrían estar todavía disponibles, como describen en la farmacia Briones, de la avenida de Arteixo. "Esta semana coincidió también con el tema de la calima en Canarias. Nos preguntan mucho para mandarlas allí", confirma una de sus trabajadoras.

Aunque cabría suponer, de entrada, que el perfil del comprador es el de aquel que tiene pensado viajar próximamente, la prevención se ha instalado entre las prioridades coruñesas. "Hoy [por ayer] han entrado a preguntar alrededor de 50 personas. Tenemos muchos encargos, la gente quiere tenerlas por lo que pueda pasar, hay bastante psicosis", confirman desde Farmacias Castro, donde ayer recibieron un encargo de 240 unidades, de las que, antes de acabar la jornada apenas quedaban un par. Encargaron otras cien para abastecer a sus clientes.

Otro sector en el que el dicho "mejor prevenir que curar" se está haciendo notar es en el de las agencias de viajes, que observan con preocupación creciente cómo empiezan a paralizarse algunas gestiones, sobre las que planea la sombra de la cancelación. Aunque algunas empresas, como Viajes Paco, todavía no han percibido los efectos de la alarma colectiva, admiten que existe "cierta preocupación" porque consideran que "es un tema peligroso".

Menos fortuna ha habido en Nuba Coruña, que recibía ayer su primera cancelación de un viaje con destino a Japón, acompañada de una bajada de la demanda a países limítrofes. "La gente que se va de luna de miel y normalmente opta por estos destinos ya no pregunta por lugares como Tailandia o Indonesia. Aunque siguen entrando reservas, hay algunas que teníamos para cerrar y están paradas", señalan. En Viajes Orzán, el panorama es similar: "Se están cancelando congresos, estos días está todo más parado".

Otros son, sin embargo, los que prefieren mantener la tranquilidad ante lo que para muchos es una alarma exagerada, que recuerda a otros casos similares como la crisis del ébola o la de la gripe A. Carmen Casanova, estudiante coruñesa de Erasmus en Italia, opta por la calma y se muestra sorprendida con el tratamiento mediático en España. "Creo que hay una gran exageración con respecto al tema, el miedo siempre está presente, pero no hay que perder la calma", apunta. Pese a que la normalidad prevalece en su zona, admite que ya ha presenciado cómo los más previsores hacían los deberes: "Cuando fui a hacer la compra, había mucha gente con carros grandes hasta arriba, como si se fueran a meter en búnkeres". Por lo pronto, y aunque reconoce que algunos estudiantes Erasmus han preferido retornar a sus casas, los más son los que eligen "seguir tranquilos las normas de higiene y seguridad, a ver qué pasa".

Más rápido que el del propio virus ha sido el contagio de la alarma social, y, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado a los países estar preparados para lo que pueda pasar, ha confirmado que cabe el optimismo con "la disminución de casos en China", y, pese a que admiten que sus dinámicas de propagación no son del todo claras, "es un virus que puede ser contenido" ya que "hay muchos países que lo han conseguido".