Año tras año, y legislatura tras legislatura, la remodelación de Alfonso Molina no despega de la fase de proyecto. El Boletín Oficial del Estado (BOE) del 21 de marzo de 2018 aprobó definitivamente el proyecto de trazado para reformar la avenida, y "con objeto de agilizar las obras" segregó las reformas en tres proyectos de construcción específicos. Casi dos años después, y según una respuesta del Gobierno a una pregunta escrita presentada por el Partido Popular en el Congreso, los tres "se encuentran en redacción" pero ninguno ha terminado.

El proyecto de trazado define el ámbito de la obra: los dos márgenes de Alfonso Molina entre los puntos kilométricos 1,05 y 3,55 de la carretera AC-11. También el coste aproximado: el presupuesto estimado de licitación será de 19,1 millones, incluyendo el IVA.

De los tres proyectos de construcción por terminar, uno definiría la "mejora de capacidad" de la avenida Alfonso Molina, y otro abordaría la construcción de la pasarela de Pedralonga, para permitir el paso de peatones entre el barrio del mismo nombre y Palavea. El mes de junio pasado, el delegado del Gobierno, Javier Losada, afirmó que era el proyecto más avanzado de los tres.

El tercero se ocuparía de la "integración ambiental" de la avenida. Antes de ejecutar este último, además, sería necesario firmar un convenio de colaboración entre la Administración General del Estado y el Ayuntamiento, en el que "se recojan las condiciones de financiación, expropiaciones, mantenimiento, explotación y consumos", según señala el BOE.

En junio del año pasado se anunció que el Concello y el delegado del Gobierno estaban negociando para introducir cambios en el diseño pactado entre el Gobierno central del PP y Marea .

La tardanza en redactar los proyectos de construcción suma años a un proceso largo. La ampliación de Alfonso Molina ya aparece en los Presupuestos Generales del Estado de 2012. En diciembre de ese mismo año se incluyó en un proyecto firmado entre el Ministerio de Fomento y Audasa, la concesionaria de la AP-9, en diciembre de 2012. Pocos meses después, en marzo de 2013, el BOE sacó a información pública el proyecto de construcción para ampliar la avenida, en el mismo tramo que se contempla ahora. Preveía sumar un carril en cada sentido, hasta los cuatro, e incorporar nuevas construcciones, entre ellas tres pasarelas para peatones. También medidas de integración y protección ambiental.

En febrero de 2014, el entonces concejal de Movilidad con el Gobierno local del PP, Julio Flores, preveía que las obras comenzasen a lo largo del año. En noviembre, el alcalde Carlos Negreira señalaba que se pondrían en marcha tras el fin de la tercera ronda, en el primer trimestre de 2015. Pero Marea Atlántica ganó las elecciones municipales sin que se activase el proyecto.

El nuevo Gobierno local presentó un proyecto alternativo para la ampliación, apostando por "humanizar" el vial y hacerlo "más amable" a los vecinos, con sendas peatonales, arbolado y la construcción de vías para bicicleta. En un principio rechazaba ampliar el número de carriles y proponía dedicar uno de ellos a transporte público.

Por su parte, el ministerio presentó en 2016 una nueva propuesta para el vial, con una ampliación de seis carriles de entrada, y cinco de salida, en el enlace con la AP-9, y el mantenimiento de cuatro hasta Ponte da Pedra, que fue aceptada por el Gobierno local. Fomento también incorporó actuaciones que demandaba el Concello, como una nueva parada de autobús,o más zonas peatonales. Al proyecto se añadió la previsión de reducir la velocidad por la vía a 70 kilómetros por hora.

El estancamiento administrativo por la convocatoria de nuevas elecciones generales de ese año, y la salida de Fomento de Ana Pastor, la ministra que había llevado las negociaciones con el Gobierno local, ralentizaron el proyecto. En 2018, los presupuestos del Estado reservaban 3,1 millones para el proyecto, pero en 2019 se redujeron a una cantidad simbólica, de 100.000 euros.

La llegada al Gobierno local del PSOE, en junio de 2019, trajo un nuevo cambio, ya que la alcaldesa Inés Rey se opuso a que la avenida se convirtiese en una "autopista" y recomenzaron las negociaciones.