Sobre el papel no son más que 100.000 euros. Una partida económica de un presupuesto, una inversión „aunque para algunos sea considerada un gasto„ pero en el del Consorcio para la Promoción de la Música es algo más: la llave que abre la puerta a jóvenes artistas a seguir formándose más allá de las salas del Palacio de la Ópera.

Este curso, las becas a la excelencia que concedía la institución a sus mejores estudiantes no podrán repartirse, ya que el Consorcio ha tenido que ajustar sus números, habida cuenta de que la Xunta le adeuda más de cinco millones de euros desde que, en 2011, decidiese incumplir el convenio firmado siete años atrás, en el que establecía que su aportación anual no sería inferior a los tres millones.

El gerente del Consorcio para la Promoción de la Música, Andrés Lacasa, explicó que, para salvaguardar la permanencia de las agrupaciones infantiles, de su cantera, habían tomado la decisión de borrar de sus planes las becas de excelencia, que, si bien se crearon en el mandato de Marea Atlántica a propuesta del PSOE, ya formaban parte de los planes de futuro de los alumnos más brillantes. El Consorcio mantiene, de este modo, las clases de las formaciones de niños y de jóvenes y también sus programas sociales.

"Es un momento de transición y, para no eliminar los programas de formación, decidimos cancelar las becas", comentaba a este diario el 3 de febrero, cuando se aprobó el presupuesto del Consorcio. Para entonces, confiaba en que esta situación se pudiese solucionar para que los jóvenes talentos que se forman en A Coruña puedan seguir creciendo en otras orquestas, como ya lo han hecho muchos otros antes.

Para Pablo Neva, uno de los alumnos que viajaba desde Marín a A Coruña para formarse en la orquesta joven y que fue beneficiario de estas ayudas, una de las claves para tener una buena trayectoria musical es contar con una buena financiación que permita a los músicos "tener la oportunidad de poder moverse para hacer pruebas de orquestas, clases con profesores y formarse en escuelas prestigiosas". Desde septiembre estudia en la HMDK Stuttgart, y es trompista de la Orquesta Filarmónica de Stuttgart desde diciembre.

Iria Folgado, que es de San Sadurniño, recibió la beca de excelencia durante tres años, un dinero que le permitió no solo pagar la matrícula de su escuela en Berlín, sino también, durante el primer año, afrontar algunos de los gastos derivados de su estancia en la ciudad.

Como Neva, incide en lo cara que puede llegar a ser la carrera de un músico, empezando por la compra del instrumento. El suyo, el oboe, puede costar unos 10.000 euros y asegura que tiene suerte" porque es de los más baratos, nada que ver con una flauta travesera, que llega a triplicar este presupuesto, y en las antípodas de los instrumentos de cuerda, que tienen unos precios más elevados.

Folgado, que a finales de enero ganó la plaza de solista de corno inglés en la Konzerthaus Orchester de Berlín, asegura que no habría podido llegar a este punto de su carrera sin las becas. "Mis padres me ayudaron en todo lo que pudieron y yo pude trabajar en orquestas para pagarme el instrumento, los materiales y los viajes, pero otras muchas cosas se pudieron cumplir gracias a las becas que recibí", reconoce Folgado, que espera que el Consorcio pueda volver a contar con una partida económica que le permita apoyar a sus alumnos y alumnas para impulsar sus carreras.

"Espero que esto se solucione pronto para que los chicos del futuro puedan recibir las ayudas posibles para poder realizar esta carrera tan difícil y costosa y puedan hacer realidad el mismo sueño que tuve yo, la música", resume Folgado.