El sociólogo coruñés Francisco Haz, profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Murcia propone un proyecto que financiará la Fundación Cotec, elegido entre otros 734, y que tiene el objetivo de salvar la brecha digital en el uso de la Administración electrónica por parte de personas mayores.

¿En qué consiste su propuesta?

Esta propuesta plantea un análisis sobre cómo está el tema de mayores y administración digital. Cada vez más, los procesos de digitalización que tienen como objetivo que la relación con la administración sea más fluida, no contemplan que no todo el mundo tiene las mismas habilidades en las tecnologías. Es práctico si tienes conocimientos, pero existe un analfabetismo digital enorme en una población ingente.

¿Qué solución se le da a esta parte de la población?

Cada vez más, los centros cívicos están haciendo actividades de alfabetización tecnológica para la gente mayor. A veces son cosas simples, como sacar una cita en el médico o el manejo de un teléfono. Hay trabajadores sociales que funcionan de asistentes de la gente mayor. Es algo que hasta a nosotros, que tenemos cierta habilidad, nos resulta complicado a veces.

¿De qué forma tienen pensado que su propuesta ayude a superar esta brecha?

Queremos hacer consulta con expertos para saber cómo llevar esto a caso, y luego, también, con los interesados. Vamos a utilizar una técnica que se usa poco, que son las entrevistas sociales. Ponemos a la persona mayor con la persona joven que le presta apoyo, así sabemos el contrapunto de qué solicita y qué necesita. Luego haremos un manual de buenas prácticas para hacer más fluida la relación con la administración pública, para que no se incurra en una exclusión social.

¿Hasta qué punto puede afectar esta brecha digital a la participación ciudadana de estas personas?

Mientras el trato sea mediado por una máquina, en todo. Por no asumir una dificultad, a veces se deja de hacer ciertas cosas, y eso es lo que hay que evitar. Si esos mecanismos sirven para agilizar, no pueden ser sustitutorios 100%, en algún momento necesitamos una persona, a la gente le gusta el trato humano.

Genera también cierta desconfianza.

Sí, porque no están seguros de si su petición ha sido atendida o no. Si las ayudas a personas mayores o bonos sociales se realizan por internet, las citas médicas, cualquier tipo de trámite, es bastante complicado. No solo los tramites normales, si en el futuro tenemos que tener firma digital, no es sencillo. Se plantea todo en base al bien común, pero el bien común escapa a los extremos.

¿No se tuvo en cuenta esto a medida que se informatizaba la administración pública?

Igual sí se pensó, pero al ser un proceso de masa crítica, mientras haya un doble servicio, no será tan dramático, porque el período de transición es equilibrado. Cuando te cierran un servicio y te dicen que tienes que hacerlo por internet, ahí te matan.

¿Puede llegar a repercutir en las condiciones de salud de las personas mayores?

Sí, eso es lo demencial. No dar ayudas sociales porque la gente no sabe hacer los trámites, o no acudir al médico porque solicitar la cita es una especie de gincana, es imposible. O que la gente que no maneje bien el idioma se vea con otra barrera más. La tecnología debe estar ahí para ayudarnos, no para limitar los derechos de la ciudadanía al no poder acceder a los servicios públicos que nos corresponden.

Los mayores del medio rural se llevan la peor parte.

Sí, lo que debería ser una cosa ágil para el medio rural, donde no hay presencialidad, es todo lo contrario, se convierte en una doble vía de aislamiento. Es muy frustrante no tener donde recurrir. La automatización del empleo está ahí, pero existen servicios que requieren de una persona que supervise.