Las monjas clarisas vivieron ayer un día diferente, abrieron sus puertas a la alcaldesa, Inés Rey, que fue a visitarlas, como ya lo habían hecho sus predecesores cuando accedieron al cargo. Rey aseguró que los técnicos municipales están intentando salvaguardar y evitar la tala del árbol que está en la plaza de las Bárbaras, que preside la entrada al edificio y que lleva desde el mes de agosto protegido, cuando se acercaron las vallas al tronco, para mejorar la seguridad en los conciertos del Noroeste. "Sigue vallado porque existe riesgo de desprendimiento de algunas ramas y eso podría causar daños. Está a la espera de que los técnicos terminen el informe", según indicó ayer Rey, que nunca antes había estado en el convento, ni siquiera, para llevar huevos y esquivar la lluvia en alguna ocasión especial. "Para mí hoy es una suerte poder entrar en un edificio tan emblemático, verlo por dentro, ver cómo es y cómo viven" , declaró.

Actualmente, residen en el convento algo más de una decena de monjas, aunque prevén que la familia crezca en los próximos días, con la incorporación de tres novicias. La mayoría suele llegar desde los países de América Latina y de Madagascar.