La Dirección Xeral de Patrimonio ha decidido ya que las marcas que hay en las piedras de Nostián por las que pasa el poliducto constituyen un petroglifo y que su conservación, en el mismo lugar en el que fueron creadas, tiene interés. Patrimonio está ahora a la espera de que Repsol presente "una propuesta que haga compatible la construcción del poliducto con la conservación de los grabados existentes", según indican fuentes de la Xunta,

Este plan de actuación implicará la extracción del petroglifo y su reposición, "en el mismo emplazamiento, respetando, en la medida de lo posible, aspectos como sus coordenadas, cota y orientación espacial", según indica la Xunta, que ha necesitado casi un año para llegar a esta determinación, ya que fue en el primer trimestre del año pasado cuando el Ayuntamiento envió a la Dirección Xeral de Patrimonio un informe para que dijese si las marcas en las piedras eran efectivamente un petroglifo o si eran, simplemente, agujeros de origen geológico o humano. Otra opción podría ser que se las marcas se extrajesen de su lugar de origen para ser expuestas, por ejemplo, en un museo, pero no devueltas a su emplazamiento tras las obras en la zona.

A finales del mes pasado, según fuentes de la Xunta, se celebró una reunión entre técnicos de Patrimonio y de Repsol „la promotora de la obra, que unirá la refinería con el puerto exterior de punta Langosteira„ en la que la empresa presentó el resultado de la limpieza de las piedras que están junto a los petroglifos. Tras estos trabajos, concluyeron que no había otros grabados en las piedras de su entorno.

En uno de los informes que la petrolera presentó a la Xunta sobre estas marcas en las piedras, realizado por el geólogo Juan Ramón Vidal Romaní, profesor emérito de la UDC y director del Instituto de Xeoloxía Parga Pondal, concluía que estas cazoletas que hay en las piedras son fruto de la acción de la naturaleza y que no pertenecen a un conjunto artístico. Patrimonio, sin embargo, dice ahora que sí tienen valor, por lo que ordena protegerlos, de modo que se tendrán que retirar antes de la realización de las obras del poliducto y, después, restituirlos en su ubicación.

El plan de actuación tendrá que garantizar también la documentación y "el registro exhaustivo del afloramiento". El proyecto del poliducto cuenta desde el mes de octubre del año pasado con la licencia de construcción concedida por el Ayuntamiento de Arteixo, por el que discurre la mayor parte de su trazado, pero todavía no ha recibido la del coruñés debido a que Patrimonio tenía que decidir qué hacer con el petroglifo de Nostián, cuya presencia no figura en el plan general pese a que su existencia está documentada desde hace más de cuarenta años por la familia Monteagudo, aunque nunca pasó a un catálogo oficial, por lo que Repsol no lo tuvo en cuenta al diseñar el trazado de esta conducción.

Fue un vecino de la zona el que dio la voz de alarma en el Concello al avisar de que, de cumplirse los planes de Repsol, se quedarían sin esas piedras con marcas que, para entonces no sabía si eran o no petroglifos, pero que Patrimonio considera que sí lo son. Vidal Romaní, sin embargo, concluye, a partir de los resultados de las pruebas realizadas a la piedra, que las marcas, al estar en la parte más débil de la roca, son fruto de la erosión y de los fenómenos naturales y no de una intención artística de los antepasados.