Para Javier Fraga, dueño de El Rompeolas y la Pulpeira del Rompeolas, en Riazor, ayer fue un día atípico. "Sin clases ni actividades en los gimnasios o recintos municipales tuvimos un 30% menos de ventas que un día normal", asegura. Le preocupa "la falta de movimiento", que a partir de hoy será nula tras el anuncio de cierre de hostelería de la Xunta. "Nos cancelaron las reservas para el fin de semana y también para el Día del Padre", explica. Antes de que el presidente Alberto Núñez Feijóo anunciase las nuevas medidas, Fraga ya se planteaba cerrar. "Tener abierto sin clientes es una tontería", reconoce. Con doce empleados a su cargo, confiesa que "la situación es muy complicada".