La jueza retomó ayer el caso de la Primitiva millonaria sin dueño con las declaraciones de siete directivos de Loterías que, en calidad de investigados, explicaron durante siete horas sus versiones sobre el boleto premiado el 30 de junio de 2012 con 4,72 millones de euros y que el lotero de San Agustín declaró haberse encontrado en su administración.

Los directivos de Loterías manifestaron que no tenían la obligación de buscar al titular del boleto, por lo que no emprendieron acciones para ello. Sobre esto, aseguraron también que no dieron instrucciones al delegado de Loterías en la provincia de A Coruña, Miguel Reija, y a su hermano, el lotero de San Agustín, Manuel Eugenio Reija, de ocultar datos que ayudarían a encontrar al dueño del billete.

Además, las declaraciones siembran la duda sobre la correcta custodia del resguardo de la Primitiva, que el dueño de la Administración número 22 de A Coruña aseguró haberse encontrado en la parte exterior del cristal, junto al pasamonedas y "en unas condiciones impecables" el 2 de julio de 2012. Al día siguiente, el lotero de San Agustín le entregó el billete a su hermano, según su versión.

Los investigados son José Miguel Martínez Martínez que, en 2012, era presidente de Loterías y Apuestas del Estado; Juan Antonio Gallardo López, Joaquín Argudo Carreño, José Manuel Ortiz del Pozo, José Miguel Sanz Carnero, Juan Antonio López Martínez y Luis Ramos Ávila. Declararon casi dos meses después de la fecha que se marcó inicialmente, ya que cambió el juzgado que investiga el caso, que pasó de Instrucción número 7 al número 8.

Los hermanos Reija ya expusieron su versión el 29 de noviembre del año pasado, aunque lo hicieron ante la jueza que ya no lleva el caso. El lotero de Pontejos reconoció entonces que si hubiese tenido la intención de quedarse con el dinero del boleto premiado „4,72 millones de euros„, se habría ido "a Canarias". Además. Manuel Eugenio Reija achacó a un despiste que dijese, en un principio, que había hallado solo un boleto, y no los cuatro que presentó la víctima como reveló la máquina de comprobación de apuestas de su administración. El delegado de Loterías en la provincia de A Coruña insistió en su declaración que el proceso se desarrolló de forma correcta.

El resguardo del boleto premiado pertenecía a un cliente que había efectuado una apuesta automática en la administración que se encuentra en el centro comercial Carrefour de Alfonso Molina y que intentó cobrarla en San Agustín, con otros cuatro boletos, pero no pudo hacerlo. Según el informe policial, los registros de la máquina de comprobación revelan que, en 16 segundos, el lotero de Pontejos pasó las cuatro apuestas que le entregó el cliente, una de ellas premiada con 4,72 millones de euros. Las investigaciones sobre el caso realizadas por el Cuerpo Nacional de Policía apuntan a que, presuntamente, Loterías habría encubierto al lotero y a su hermano para que pudiesen cobrar el premio.