Nací en Palmeira, en el municipio de Ribeira, aunque viví entre esa localidad y A Coruña hasta los trece años, edad a la que definitivamente me instalé aquí, primero en casa de mi tía María y desde los dieciocho años por mi cuenta. No llegué a conocer a mi padre, Antonio, ya que poco antes de nacer se ahogó al hundir frente a las costas italianas en el año 1943 un submarino alemán el barco mercante en el que era jefe de máquinas. Un hecho excepcional es que tanto yo como mis dos hermanos, Chichita y Antonio, nacimos el mismo día, el 25 de enero.

Al llegar a la ciudad estudié en la Escuela de Comercio durante tres años, aunque los fines de semana iba a Ferrol para ayudar a mi madre, Dolores, en el bar que pudo abrir con la indemnización que la naviera le dio por la muerte de mi padre. Por aquel bar pasaban todos los músicos de Ferrol y las rondallas de las Pepitas, por lo que allí nació mi afición por la música, sobre todo como vocalista, ya que me gustaba mucho cantar con mi hermano acompañando a los músicos que venían.

Como se me daba bien, a los quince años comencé a actuar con la orquesta Bellas Farto en todas las fiestas de Ferrol y su comarca, así como en A Coruña, donde seguía estudiando. Como mi hermano Antonio era gerente de la empresa de transportes Dopico, que abrió una sucursal aquí, me ofreció dirigirla y ocupe ese puesto durante más de veinte años. Al dejar ese empleo pasé a la cadena de electrodomésticos GEF, en la que trabajé hasta su cierre, y luego en Serteconsa, dedicada a la reparación de equipos de imagen y sonido, hasta mi jubilación.

En mis primeros años en la ciudad tuve como amigos a Toñito, Ferreiro, José Luis, Juan y Pepe, con quienes me divertí todo lo que pude hasta que me casé. Además de trabajando en la empresa de transportes, también ganaba dinero cantando con la orquesta, lo que me permitía pagar las pensiones en las que viví hasta que me casé y además enviar algo a mi madre. Conocí a mi mujer, Elsa María, en un baile de la sala La Granja en el que yo actuaba como cantante con la orquesta Espallán. Tuvimos dos hijas, Silvia y Mónica, y una nieta llamada Icía.

Tengo unos gratos recuerdos de cuando salía con mis amigos a pasear por las calles del centro de la ciudad y vivir el gran ambiente que había en ellas. Solíamos quedar en el vestíbulo del cine Avenida, que era el punto de encuentro de muchos coruñeses tanto en verano como en invierno, y luego hacíamos el recorrido por las calles de los vinos para visitar los bares y cafeterías más conocidos. En aquellos años daba gusto salir a pasear y divertirse, ya que por la noche se podía andar tranquilamente por cualquier calle.

En la actualidad sigo en el mundo de la música, ya que junto con algunos amigos formo parte del grupo Los Ilustres, con el que actuamos de forma altruista para las personas mayores. El grupo fue creado hace ya muchos años por Miguel Suárez Espallán, hijo de Enrique, el director de la orquesta Espallán. Somos músicos de los años sesenta, como Manolo Bello, un gran acordeonista y pianista, Pais, Pilis, Flecha y Manolo Villas, hijo del fundador de Muebles Villas, y ofrecemos sesiones de música para un gran número de amigos.

Testimonio recogido por Luis Longueira