El mercado de San Agustín, que mantiene sus puestos abiertos al público, ofrece a sus clientes servicio a domicilio. Los usuarios que así lo deseen pueden llamar al placero para encargar lo que necesiten y un trabajador del mercado se encargará de llevarlo a sus casas. El objetivo es ayudar a aquellos que no pueden salir de sus hogares o que no tienen tiempo para comprar.