Para algunos convertir su casa en una extensión de su oficina, con sus niños revoloteando por las habitaciones no está siendo tarea fácil. Los que tienen experiencia ya en estas tareas de conciliar la vida familiar y laboral insisten en que es imprescindible marcar un horario y un espacio acondicionado para poner el ordenador o lo que se necesite para el desarrollo de la jornada laboral y, además, empujar a huir de esa idea de que trabajar desde casa implica pijama, cama y patatas fritas en el sofá, porque eso deriva en malos hábitos, en contracturas y dolores.

Grandes, medianas y pequeñas empresas de la ciudad aplican desde hace años medidas para fomentar el teletrabajo, mucho antes de la aparición del coronavirus que, desde el pasado fin de semana ha obligado a toda la población a estar confinada en sus casas y no salir a menos que sea indispensable.

Una de ellas es Repsol, que pone a disposición de algunos de sus empleados la posibilidad de trabajar desde su casa o desde donde ellos consideren. Pequeños autónomos se han visto obligados a acondicionar una parte de su casa para poder trabajar, aunque hay empleados que, a pesar de que quieran, no pueden desarrollar su profesión a distancia porque, ¿cómo podrían los marineros del Gran Sol pescar sin estar en el caladero? Bomberos, policías, personal sanitario, las cuidadoras, limpiadoras incluso las cajeras del supermercado, entre otras profesiones, carecen de este derecho.

Con la llegada del coronavirus a Galicia, Inditex, por ejemplo, decidió dividir a su plantilla, para que una parte trabaje desde casa y la otra, desde la central para reducir el número de trabajadores en el edificio y también para evitar contagios entre los que, a diario, acuden a Sabón.

Repsol pone esta semana en marcha unas medidas excepcionales para que todos los empleados, cuyas posiciones y funciones se puedan desempeñar de forma temporal en remoto, es decir, a distancia, y cuya presencia en el centro no sea imprescindible para mantener la continuidad de las operaciones, trabajen desde sus domicilios. También modifica a partir de hoy el horario para el personal de jornada ordinaria con la implementación de la intensiva de forma provisional, con el fin de disminuir el tiempo de exposición colectiva.

El autor de cómics e ilustrador David Rubín, que desde hace unos meses vive en Madrid, las periodistas Paula Recarey, Ana Veiga y Óscar Vázquez, que trabaja en tecnologías de la información y de la comunicación, explican cómo trabajan en sus hogares. Los que tienen experiencia aconsejan además mantener la higiene diaria, dedicar un tiempo y un espacio a trabajar y no dejar que la casa y el oficio se entremezclen. Los que llevan ya muchos años con este sistema que el coronavirus ha colado de golpe en los hogares españoles, alertan también de que es imprescindible cuidar las relaciones sociales a pesar del aislamiento, aunque sea a través del teléfono móvil o del ordenador, para mantener los ánimos y que los días en casa no se conviertan en un infierno.