Óscar Vázquez había trabajado anteriormente de forma presencial, pero al tener un hijo optó recientemente por desarrollar su actividad laboral en su propia casa, modalidad en la que se encuentra en este momento. Para ello pudo beneficiarse de que la empresa en la que está empleado, que opera en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación, da muchas facilidades para trabajar a distancia cuando existen cargas familiares, ya sea por el cuidado de los hijos como de personas con algún tipo de dependencia.

Pero también hay otro factor que le permitió prestar sus servicios de este modo. "Estoy en un equipo pequeño en el que la mayoría de la gente trabaja de forma remota, unos desde fuera de España y otros desde Barcelona", explica, por lo que no necesita ningún contacto presencial con sus compañeros.

"Siempre estás aquí", comenta Vázquez como la ventaja que le proporciona trabajar desde casa, ya que, por ejemplo, la pausa diaria de quince minutos en su jornada que antes efectuaba en su centro de trabajo para tomar un café ahora la aprovecha para estar con su bebé, mientras que si sucede cualquier incidencia en el hogar no tiene que desplazarse porque ya se encuentra allí.

"En mi oficina estaba muy cómodo y en unas condiciones muy buenas", señala sobre su puesto de trabajo presencial, que ha cambiado en su domicilio por el despacho que ha instalado en una habitación, al que define como su "pequeño templo" en referencia al aislamiento en que se halla, ya que dice que todo el mundo respeta la norma de que cuando la puerta está cerrada no debe entrarse.

"Muy posiblemente durante este año tenga que arrancar un nuevo proyecto desde cero y obviamente el contacto entre compañeros va a ser necesario y siempre es bueno tener acceso directo sin tener que depender de una llamada o de si esa persona está libre, por lo que tendremos que estar codo con codo en una misma mesa", anuncia sobre sus planes de futuro. Pero también añade que confía en que un plazo de seis meses "volveremos a la rutina del teletrabajo".

"La verdad es que no lo echo de menos porque tenemos muy buenas comunicaciones y hablo mucho por videoconferencia con mis compañeros y podemos compartir pantallas para ver qué estamos haciendo y en qué momento y dónde hacer las correcciones, por lo que realmente poca diferencia hay", afirma sobre la ausencia de contacto personal con el resto de trabajadores de su empresa.