El cierre de los establecimientos comerciales decretado para hacer frente a la expansión de coronavirus ha generado una crisis del sector que movió a la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC) a dirigirse al Concello para reclamar medidas de apoyo. "La mayoría del comercio ha cerrado y no tiene ingresos, por lo que habrá que hacer algo con los alquileres y los pagos", explica José Salgado, secretario de la federación, quien señala que la preocupación entre los comerciantes es "muchísima", especialmente entre los que tienen empleados.

Salgado comenta que su asociación, Distrito Mallos, gestiona el aparcamiento subterráneo de la ronda de Outeiro y cuenta con seis empleados, pero entre el martes y el miércoles solo entraron cuatro vehículos, por lo que calcula que a final de mes sus gastos serán de 15.000 euros "y con muy buena suerte entrarán mil". Para el dirigente de la FUCC, las medidas anunciadas por el Gobierno central no son una solución para los autónomos porque los créditos que les ofertan "no se van a poder pagar ni más pronto ni más tarde". Sobre la posibilidad de cierres definitivos de comercios, señala que muchos de sus responsables "dirían ahora que sí" pero espera que no sea así, aunque advierte de que salir de esta situación será "muy complicado".

Distrito Oza, que agrupa a comerciantes de Os Castros, exigió ayer una línea de ayudas para los establecimientos debido a las "cuantiosas pérdidas económicas" que considera que van a tener. La entidad propone créditos a muy bajo interés, aplazamiento de pago de impuestos, exención de la Seguridad Social y facilidades en los avales. "No hay una contención clara del virus y no se sabe cuánto se puede alargar esto, por lo que la gente anda preocupada con las facturas y estas cosas", destaca Rodrigo Soto, vicepresidente de Distrito Oza, quien añade que los comerciantes "están mirando cómo pagar lo menos posible o hacer un ERTE". Soto, que dirige una óptica, considera que su caso es peor porque está obligado a abrir "pero recomiendan que la gente no se gradúe la vista ni se pruebe gafas, pero con la venta de unas lentillas o de sus líquidos no se pueden pagar las facturas".

Para este comerciante, la situación "es mala sobre para la gente que acaba de abrir porque aún está debiendo el préstamo, la obra...", ya que recuerda que cuando él lo hizo "sufría para pagar las cuotas de autónomos".

"Al textil y calzado nos pilla cargados con artículos de primavera-verano y no vemos oportunidad de sacarlos adelante porque todas las familias quedarán afectadas en mayor o menor medida", advierte José Manuel Castro, presidente de la asociación de la calle Barcelona, quien estima que "las consecuencias no son estos quince días o un mes que no se pueda salir de casa". y que aplazar el pago de autónomos o el IRPF "no es suficiente".

Castro ve difícil aplazar o suspender el pago de alquileres porque algunos propietarios son pensionistas para los que es un complemento, aunque él redujo este mes a la mitad la renta de un local que tiene alquilado y sabe que algún otro propietario lo ha hecho, aunque considera improbable que lo hagan quienes cuentan con numerosos bajos comerciales.