Las palizas y los insultos volverán si el agresor quiere. Es su decisión y de nadie más. Las técnicas del Centro de Información á Muller (CIM) ponen el foco sobre él y no sobre lo que pueden hacer sus víctimas para evitar los enfrentamientos, porque no está en su mano y menos todavía en un periodo de confinamiento, en el que no pueden salir de casa y la convivencia con el agresor es de 24 horas. Así que, como eso no va a cambiar, desde el CIM, que depende de la Concejalía de Benestar Social, animan a las víctimas de violencia machista, que son las mujeres, pero también sus hijos, a que "venzan la vergüenza" y a que hagan ruido en caso de que se produzca un episodio de violencia, que no intenten taparlo ni evitar que los demás se enteren.

De ese modo, si los vecinos escuchan gritos, lloros e, incluso, muebles cayéndose al suelo, podrán alertar a los agentes para que intervengan. "Es siempre mejor una visita a una casa de más que una de menos", resumen las técnicas del CIM. Y es que, en este momento de confinamiento, en el que la mayoría de los vecinos están en casa, las agresiones pueden ser denunciadas con mayor facilidad por la comunidad. "La ciudadanía no tiene la obligación de valorar si es violencia de género o no, pero si tiene sospechas, tiene el deber de avisar a la Policía, y si al final no es nada, mejor", relatan las profesionales del centro de información.

Sobre la mesa, las técnicas del CIM tienen algunos consejos para las víctimas, saben que muchas de ellas no podrán seguirlos porque, según les cuentan cuando van al centro, antes de que se produzca la agresión, sus maltratadores les quitan el móvil, o porque carecen de habitaciones con cerrojo en las que poder resguardarse cuando se producen los episodios de violencia, aunque, en algunos casos, sí que pueden ser efectivos.

Lo primero que proponen las técnicas del CIM es que las mujeres tengan un plan para cuando comiencen los insultos y las amenazas. Que visualicen qué harían, cómo se podrían poner a salvo. Si es posible salir de casa, aunque sea al rellano, para poder pedir ayuda, escapar y llamar a la Policía. Si no tienen llaves de casa o no les es posible salir, proponen buscar un "lugar seguro" dentro de la vivienda que, a poder ser, no sean ni el baño ni la cocina, porque suelen ser pequeños habitáculos con muchos salientes en los que cualquier caída o golpe puede ser fatal.

Lo más seguro es que sea una habitación con cerrojo y línea telefónica, en caso de que las víctimas no puedan llevar el móvil encima, o, en su defecto, que tenga ventana, para poder pedir ayuda a los vecinos que, seguramente, se encuentren en casa, pasando ellos también la cuarentena.

En una situación en la que las víctimas cuenten con dos teléfonos, uno de ellos debería estar en ese lugar de seguridad, siempre con batería y escondido, para poder pedir auxilio inmediatamente. Las técnicas del CIM aconsejan llamar a los servicios de emergencia, al 112; 091; 092 o 062, en caso de que la agresión se produzca en el rural, y comenzar siempre la llamada con un "estoy en... Y la dirección", porque con eso ganan tiempo, ya que los agentes pueden desplazarse inmediatamente. "Antes de decir el nombre o qué les está pasando, es importante que digan dónde están, por si no pueden hablar más", aclaran las técnicas del CIM.

Explican también que es de gran ayuda establecer una palabra clave con alguna amistad o familiar que conozca su situación de riesgo, para que sean esas personas las que alerten a los agentes o las que intervengan, en caso de reconocer la señal de alarma.

El apoyo en los demás, en estos casos, es básico, así que, proponen también que las víctimas pacten con alguien de su confianza un protocolo de llamadas o de comunicaciones por Whatsapp y, si no se produce con la frecuencia prevista, que sean estas personas las que intenten ponerse en contacto con ellas y, si no lo logran, que llamen a los servicios de emergencia. Una vez más, explican, "es mejor una visita de más a un domicilio, que una de menos".

Para pactar esas palabras clave sin que los agresores lo sepan, ya que revisan con asiduidad los móviles de sus víctimas, las técnicas del CIM proponen que no se haga por Whatsapp, ya que aparece la notificación de mensaje eliminado, sino por SMS, que, si se borra, no deja rastro.

Existen también otras herramientas, como la aplicación Alertcops, que puede ser una manera "más discreta" y, por lo tanto, más segura, de contactar con la Policía que hablar por teléfono. También está a disposición de las víctimas la aplicación de la Xunta EscApp, que ofrece información de servicio, como los recursos que tienen a su disposición cerca de su vivienda y el 016, que presta atención en 51 idiomas. Desde el CIM ponen también el foco en los menores, porque pueden ser ellos quienes den la voz de alarma, así que, animan a las madres a enseñarles el teléfono de la Fundación ANAR, de protección a la infancia; 900 20 20 10, con un juego o una canción, incluso también el del 112, para que lo utilicen en una situación de emergencia.

Para sobrellevar estas situaciones de riesgo en cuarentena, sobre todo en el aspecto psicológico, las técnicas del CIM proponen que se intente evitar, en la medida de lo posible, el contacto con el agresor, y que, si pueden, no entren en discusiones ni enfrentamientos. Obviamente, esto no garantiza que no se vayan a producir agresiones, ya que estas son decisión del maltratador, pero puede ayudar.

Las técnicas del CIM inciden también en la importancia de que las víctimas hablen con los menores que tienen a su cargo de la situación que están viviendo y que les digan que, en ningún caso, es "culpa" suya.

"Decirles que el padre se equivoca con esa actitud violenta pero que ellos no deben enfrentarse a su padre, que será ella quien tome la decisión de romper la relación en cuanto pueda. Recordarles que, mientras dure el confinamiento, intenten no entrar en discusión con el potencial agresor y sobre todo enseñarles a alejarse del agresor en caso de que surja el conflicto", aconsejan.

Desde el Centro de Información á Muller recuerdan también que los servicios públicos, policía, Juzgado de guardia y violencia, oficinas de atención a las víctimas, turno de oficio especial de violencia siguen funcionando, a pesar del estado de alarma y que siguen "buscando las fórmulas más inmediatas para seguir atendiendo estos casos de la forma más efectiva".

El Concello ha difundido también a través de sus redes sociales y de los medios de comunicación un protocolo de actuación para las profesionales, con el objetivo de que optimicen su atención a las víctimas.