Como directora de Cáritas, ¿de qué manera se está operando en esta crisis con los colectivos más vulnerables o con menos recursos?

Eso pone en evidencia la importancia de las organizaciones sociales, son una red de protección, no siempre visible, pero que siempre está ahí debajo. No hay que perder de vista que las personas en situación de exclusión o necesidad requieren también apoyo y protección. Los albergues se están reforzando con apoyo de las fuerzas armadas, habilitando distintos puntos y espacios para reparto de comida, para dormir, para higiene... Las infraestructuras de las organizaciones se quedan pequeñas. Se está cambiando la forma de atención, por ejemplo, dando la comida en táperes y no en comedor. Supone un sobreesfuerzo, hay que quitarse el sombrero ante las personas voluntarias y los trabajadores de estas entidades. Nos estamos anticipando a todas las exigencias de limpieza, no se toca nada, se hace la atención mediante servicios telemáticos, se está modificando la pauta de atención. Se puede.

Hay un gran esfuerzo de coordinación entre la red de entidades sociales con el Concello y las Fuerzas Armadas.

Las organizaciones cuentan con una red importante de entidades que llevan décadas de trabajo coordinado, eso es una garantía. Quiero hacer una llamada a la solidaridad, necesitamos a estas entidades, y estas entidades necesitan la solidaridad de los coruñeses.