Alitas de pollo glaseadas a baja temperatura con tartar de cigala gallega y arroz. Raya al ajillo con setas enoki. Sopa de aguacate y naranja con virutas de fuet congelado. Berenjenas y anchoas con caviar de café. ¿Sirven esto en algún restaurante? Podría ser. Pero estos platos son los que está preparando y catando en su casa el chef coruñés Luis Veira durante el confinamiento obligado por el Covid-19.

La cocina, cómo no, es una forma ideal para pasar el tiempo y entretenerse para la familia Veira. Los pequeños de la casa, de 5, 9 y 12 años ("tres monstruos", los define el padre), se han prestado a ayudar en la preparación y a probar estos y otros platos que el cocinero llevará a la carta de la taberna que prevé abrir en breve, cuando el coronavirus lo permita. "Estos días tengo mano de obra barata", bromea Luis Veira.

Lo que ha hecho el chef y empresario para no perder la costumbre diaria de cocinar es "trasladar el I+D a casa con nuevos ayudantes". En previsión de una posible adopción de medias drásticas, Veira hizo acopio de alimentos días antes de que el Estado decretase el confinamiento de la población en sus casas: alimentos, una máquina de preparar helados, la Thermomix... "Estamos bien provistos. Dentro de una semana no sé, ya veremos qué nos hace falta", cuenta.

Mientras, en casa, Luis admite haber "descubierto" algo nuevo para él: la siesta. "Veinte minutos después de comer qué bien vienen", dice. Sale lo justo a la calle, para pasear al perro, y a través de videoconferencia charla con sus colaboradores más estrechos en la cocina con vistas a trabajar en la preparación de nuevos platos para quienes coman o cenen en Árbore da Veira o en la próxima taberna cuando se vuelva a vivir con normalidad. Pensando en ello, Veira es optimista: "No hay crisis que dure una vida entera. Pienso que vamos a salir de esta reforzados porque los gallegos somos valientes. Y lo que más ganas vamos a tener va a ser darnos un gran abrazo".