De todas las crisis a las que un alcalde o alcaldesa se imagina que debe hacer frente a lo largo de un mandato, la sanitaria por la propagación de un virus podría ser la última en la que piensa. A Inés Rey le ha tocado lidiar con el coronavirus y, por lo tanto, con la seguridad y la prestación de servicios de asistencia fundamentales en la ciudad durante el estado de alarma y el confinamiento de los vecinos. La alcaldesa de A Coruña pasa las mañanas de la cuarentena en el Palacio de María Pita y las tardes y los fines de semana en su domicilio, aunque en permanente contacto con todos los departamentos municipales para seguir al instante cómo afronta la ciudad esta difícil situación.

Cuenta Rey que la responsabilidad de su cargo le impide tener tiempo para un poco de desconexión cuando los días llegan a su fin. "Leer un libro, ver una película... no encuentro el momento de tener ocio o distracciones, la verdad. Estamos trabajando con mucha tensión, con presión, y es difícil evadirse. Trabajo 24 horas al día, sin parón ni descanso. No me puedo permitir lujos estos días", reconoce.

En su casa ha acondicionado una zona en el salón para adaptarse al teletrabajo, mientras que su marido lo ha hecho desde el primer día del confinamiento en otra parte de la vivienda, cada uno en su parcela. Dice la alcaldesa de A Coruña que al llegar del ayuntamiento cada día come y poco después ya se pone a trabajar, "hasta las diez o diez y media, a veces más tarde". Actualizaciones, llamadas telefónicas, contacto por vídeo, coordinación. "El teletrabajo está funcionando bien".

Eso sí, a las ocho de la tarde, desconecta para abrir una ventana de casa y aplaudir, como hacen miles de vecinos estos días, a los sanitarios de todo el país que atienden a los infectados y combaten sin descanso la evolución del coronavirus. "Solo desenchufo en ese rato en la ventana. Te cruzas todos los días con los vecinos sin saber en qué piso vives y solo los saludas y ahora ya ubicas a cada uno en su planta y hablas un rato con ellos por la ventana", comenta.

Poco después, la última videoconferencia del día conecta a Inés Rey con el puesto de mando de autoridades creado por la crisis sanitaria para repasar las actuaciones municipales e incidencias ciudadanas del día y planificar las acciones convenientes del día siguiente. Unas doce horas después, ya en el palacio municipal, una reunión presencial del mismo puesto de mando sirve para tomar las decisiones inmediatas, supeditadas todas a los hechos cambiantes que ocurren en el estado de alarma.

"No nos juntamos todos los concejales todos los días, pero cuando lo hacemos estamos separados y sin tocarnos, tocando las cosas con protección, pero sí estamos en contacto todas las concejalías. Bienestar Social no para un minuto, Medio Ambiente tampoco, Deportes ha dado mucho soporte a otras áreas. Todos nos estamos complementando. Y Diana [Cabanas, edil de Turismo, embarazada] trabaja desde casa por ser una persona de riesgo", repasa la alcaldesa la rutina de estos días.

Inés Rey se centra en el momento presente tan incierto, pero no deja de mirar al futuro cercano, tras saber ayer que el confinamiento de la población en sus casas durará hasta después de la Semana Santa. "Hoy no me puedo quitar la tensión de encima aunque quiero pensar que todo esto va a pasar y lo vamos a superar y vamos a estar pronto todos abrazándonos y con ganas de salir a la calle".