Un funcionario de la prisión provincial de Teixeiro permanece en cuarentena tras haber dado positivo en las pruebas del coronavirus. Se trata del segundo trabajador en un centro penitenciario gallego afectado por el Covid-19, tras el caso detectado en Bonxe (Lugo) el fin de semana. Una veintena de reclusos del penal coruñés -17 en concreto- se encuentran además aislados en el módulo de ingresos por prevención. No están contagiados, solo que disfrutaron de permisos penitenciarios o ingresan en el centro, por lo que se les aplica el protocolo exigido para evitar la propagación del virus en caso de estar afectados.

Los funcionarios han hecho público su requerimiento de material de protección. Tras lograr hacerse con guantes y gel para sus tareas diarias, los empleados insisten en la necesidad de ser dotados de mascarillas para desarrollar su labor en prisión. El sindicato CSIF envió un escrito al Ministerio de Sanidad en el que reclama que todo el personal de las cárceles sea sometido a la prueba del coronavirus al tratarse esta actividad de un servicio esencial, de forma que se garantice el correcto funcionamiento de las instalaciones penitenciarias.

Desde el Ministerio del Interior, tras decretar el estado de alarma, se estableció un protocolo de actuación común para los centros penitenciarios de todo el país, que incluye, entre otras medidas, la suspensión de los permisos, las comunicaciones y los talleres en el penal.