Llevaba meses preparándose para afrontar la Copa del Rey de hockey sobre patines, en casa y ante su afición, para disfrutar de la Liga Europea y darlo todo en los play off de la OK Liga. El capitán del Liceo, David Torres, ha tenido que dejar todos esos planes a un lado, como el resto de sus compañeros, pero los entrenamientos siguen formando parte de su rutina. "Suelo levantarme todos los días entre las nueve y la nueve y media. Empiezo con una sesión tranquila, de yoga y estiramientos. A mitad de mañana, algo más cañero, como abdominales, y por la tarde, cardio", cuenta.

Es el programa de entrenamiento que le ha marcado el preparador físico del Liceo, Óscar Viana. "Lo cambia cada semana para que podamos trabajar cosas diferentes", añade. Dejando el deporte a un lado, todavía tiene tiempo libre, que dedica a "ver series o películas por la noche" y hacer de cocinitas. "Estos días saco lo mejor del chef que llevo dentro. Normalmente salimos de entrenar a las dos y no me da tiempo, así que ahora aprovecho", confiesa.

El fin de semana, el trabajo sigue. Tiene clases del máster que cursa viernes y sábados. "Por las tardes, durante la semana, también aprovecho para estudiar o hacer trabajos", relata, a la vez que aconseja "no estar todo el día viendo la televisión". Lo que más le cuesta es no ponerse los patines, coger el stick y hacer lo que más le gusta en el Palacio de los Deportes de Riazor, donde el fin de semana pasado tendría que haberse disputado la Copa del Rey. "Parece un cuento de miedo, pero el deporte es un mal menor. Hay gente que lo está pasando peor y tenemos que pensar que es algo global", señala David Torres.

Sin embargo, es inevitable que piense que, antes del estado de alarma por el coronavirus, estaba a punto de llegar "el mejor momento de la temporada". "Nos apetecía mucho a todos y llevábamos mucho tiempo trabajando para esto", reconoce.

Como ocurre en la mayoría de deportes, el hockey sobre patines tampoco sabe cómo va a terminar esta temporada. "Hay muchas teorías. Yo lo único que espero es que traten de resolver el calendario, que se disputen las finales para no tirar todo el trabajo de un año". propone Torres, a la vez que asegura que "estaba siendo una temporada muy divertida".

No pierde la sonrisa y sigue cogiendo su stick, aunque sea para hacer retos en las redes sociales. Su otra vía de escape es su perro, Federico. "Nunca supimos que íbamos a quererlo tanto „bromea„. La verdad es que estos días es una suerte tener perro porque puedes salir a la calle a airearte un rato. Es media vida", comenta. El jugador del Liceo vive cerca del parque de Santa Margarita, así que durante la cuarentena, este es su remanso de paz. "Es algo diferente", concluye.