Quienes consideran el tabaco parte esencial de sus provisiones se apresuraron a abastecerse ayer, en la víspera del cierre de la actividad no esencial. Ante las dudas entre la población de si los estancos continuarán con su actividad, se formaron llamativas colas, como la de más de una veintena de clientes que, pasadas las 13.30 horas, guardaban cola para un estanco de la avenida de Finisterre.