Meses de llamadas, números, ideas, contrataciones y, sobre todo, ilusión. La nueva rutina de parejas que contaban los días para casarse, pero el sí quiero tendrá que esperar. En algunos casos, hasta 2021. El coronavirus también ha revolucionado el mundo de las bodas, y la incertidumbre por lo que pasará cuando se levante el estado de alarma preocupa a novios y proveedores.

Desde mediados de marzo y hasta este fin de semana, el Ayuntamiento ha aplazado 15 bodas, aunque fuentes municipales aclaran que serán más conforme pasen los días. También los pazos han tenido que reorganizar sus agendas, dando nuevas fechas a los novios afectados, con viernes y domingos, en algunos casos, ya ocupados.

Será un verano diferente, en eso coinciden los proveedores, pero el mensaje es que, independientemente del día, "la boda será igual de feliz y emocionante". Lo explica el gerente del pazo de Vilaboa, Pablo Evia, que informa de que, en su espacio, son cuatro los enlaces afectados por el Covid-19, pero explica que también "las parejas con fechas contratadas en mayo y abril han querido adelantarse y ya han pospuesto sus bodas". En el pazo de Xaz también han dado la opción a los novios de mayo y junio de bloquear otra fecha, y agradecen que "de momento, ninguna ha querido cancelar o aplazar a 2021".

Pero hay quien sí ha estrenado ya la agenda del año que viene. "Ya tenemos dos bodas aplazadas para 2021. Creemos que es un poco por miedo social, ya que en las bodas hay aglomeraciones y no sabemos qué restricciones habrá cuando esto pase", indica el videógrafo Sito Torres, de Cinemapara2, que avisa que "se va a llenar el calendario de final de año". Tomás Romero, DJ de Mas Music, lo confirma: "Noviembre va a ser el nuevo agosto".

La mayoría de fechas de verano ya están cogidas, lo que hace que muchos se decanten por días menos habituales, como viernes y domingos. La maquilladora María Rodríguez, de Bello Minarai, que tenía el mes de abril completo, señala que alguna clienta "ha tenido que poner su boda en jueves". "Los espacios están todos llenos", reconoce, a la vez que dice que estos días se dedica a "recolocar" su agenda.

No lo tiene tan fácil el fotógrafo Daniel Santalla, que ya tenía el calendario completo y, en algún caso, le resulta imposible cubrir la nueva fecha elegida por la pareja. "Es un poco frustrante pero intento transmitir a los novios que la boda va a ser un día perfecto, esté yo o no. Ya no es solo por el dinero sino que me encanta mi trabajo y estos meses no lo puedo hacer", confiesa. Más posibilidades tiene Mas Music, con seis DJ. "Nos podemos adaptar bien", aclara Romero, que cree que mayo también será "un mes complicado" para el sector.

Santalla habla con otros proveedores del tema, con los que suele coincidir en bodas, y asegura que hay "un ambiente de agobio" por un futuro incierto. "Hay que recordar que en estas celebraciones se junta mucha gente y de sitios diferentes", reflexiona.

También Sito Torres defiende que "no va a ser nada igual hasta que pase cierto tiempo". "El problema es que nadie te puede dar una contestación de qué va a pasar", apunta María Rodríguez, que indica que el problema no es solo el cambio de fecha "sino también que muchos invitados ya tenían vuelos y hoteles reservados". Cambios de planes que los hacen estar alerta. Santalla lo sabe bien: "La agenda pueda cambiar todos los días".