¿Va a ser difícil y larga la recuperación del sector turístico?

Sí, será de los más afectados en los próximos meses e incluso años. Piense que se basa en los desplazamientos y en la ausencia de distancia social, y precisamente lo que se ha cortado ahora son las relaciones personales, que es el fundamento del turismo: viajar, contactar con gente de otros sitios, conocer lugares... Yo creo que vamos a tardar en volver a la normalidad.

¿Qué temen más?

Aunque confiamos en que la situación de confinamiento se va a acabar en dos, tres o cuatro semanas, lo cierto es que la vuelta a la normalidad no será tan rápida. No se va a viajar desde el primer momento ni habrá enseguida aglomeraciones de gente. En estos momentos la estimación que hace el sector sobre la caída del turismo a nivel mundial, después de diez años de crecimiento, es de en torno al 25% o el 30%; antes del coronavirus la estimación era de un alza del 4%. Estamos ante una situación de shock porque no tenemos experiencia histórica del momento en que nos encontramos. El stop afecta por igual a la oferta y a la demanda.

¿En qué sentido tendrán que cambiar las estrategias y campañas turísticas?

Va a haber que cambiar muchas cosas porque no sabemos cuál será nuestra actitud cuando salgamos a la calle. Nuestros hábitos de consumo van a cambiar y seguramente nos preocuparán muchas cosas que antes no nos preocupaban. Se dará un cambio de valores y el turismo tendrá que adaptarse a ello en el ámbito de la movilidad y del consumo.

¿Los viajeros tendrán miedo a viajar y los consumidores a consumir?

Eso creemos. Tenemos muchas incertidumbres al desconocer cómo será la reanudación de la actividad económica y turística. El sector debería aprovechar esta crisis para que lo que pensaba hace tres semanas sobre a dónde debería apuntar el turismo, hacia dónde apuntan ciudades como A Coruña y Galicia en general, sigan siendo esos objetivos en criterios de sostenibilidad y equilibrio.

En esa línea, entonces, ¿por qué ha de apostar Galicia?

Algunas ciudades ya están diseñando planes turísticos de contingencia con pilares de recuperación como la cultura, la gastronomía, el diseño... elementos que coinciden con la idea que en A Coruña teníamos antes de la crisis sanitaria.

¿Habrá que dejar de obsesionarse con atraer al turista internacional?

Es una de las lógicas que se adivinan. En el corto plazo la gente va a tratar de buscar destinos más cercanos, incluso con transporte privado y no colectivo, evitando aviones, trenes o autobuses. Esta tendencia va a poner en valor lo que llamamos la España vaciada, los espacios naturales y abiertos, así como aquellos destinos donde haya una oferta sanitaria de primer nivel. Un turismo slow, más tranquilo.

Hostelería, hoteles, congresos, ¿cómo se van a recuperar?

Creo que los congresos será el último de los sectores vinculados al turismo en recuperarse. No deja de ser una aglomeración. Bares y restauración serán los primeros en recuperar el hábito de la socialización, por la proximidad y porque la mayor parte de sus clientes no son turistas. No creo que hasta junio esté permitido que se junte demasiada gente en un mismo sitio o en un evento cultural.

¿El verano se da por perdido?

Se ha publicado un informe que dice que los británicos, principales visitantes del país en verano, ya buscan información y reservas para España en septiembre, octubre y noviembre, pero no en verano. Por eso se esperará sobre todo turistas domésticos.

A un año vista, ¿qué se puede augurar del Xacobeo 2021?

Esta es una ventaja que puede tener Galicia, un evento global de gran fuerza narrativa que seguramente ayudará a la recuperación en comparación con otros destinos. En esta ocasión creo que el Xacobeo será más importante que nunca porque es un elemento de diferenciación con respecto a otros territorios. El discurso de Galicia como destino turístico basado en la naturaleza, el paisaje y la cultura va a encajar muy bien en las nuevas tendencias del consumidor. A Coruña y Santiago, o el Camino, tienen un plus, pero Galicia en general debe aprovechar el Xacobeo para recuperarse su turismo a mayor velocidad.

¿Cómo se ha de animar a la gente a reengancharse al turismo y al ocio, teniendo en cuenta la intranquilidad que siente ahora?

Queda un trabajo extraordinario por delante. Lo más importante es tener calma y que no nos dejemos llevar por el pánico. Pensemos en los retos que teníamos hace un mes y sensibilicemos a la gente para que tenga confianza en viajar de la manera en que antes pensaba que había que viajar. Incorporemos los objetivos de desarrollo sostenible a la estrategia turística. Es una buena opción para ciudades amigables y bien estructuradas como A Coruña.