Los rectores de las tres universidades gallegas se reunirán el próximo lunes con el conselleiro de Educación para tomar una decisión sobre la forma en la que terminará este curso, afectado seriamente por el confinamiento motivado por la pandemia del coronavirus. Pero la Universidade da Coruña cuenta ya con que será prácticamente imposible volver a las aulas antes de que termine el curso, por lo que el resto de las clases se impartirán por internet, medio a través del cual se efectuarán también las evaluaciones, aunque algunas de ellas serán presenciales.

"El lunes se despejarán muchas de las incógnitas", comentó ayer el rector coruñés, Julio Abalde, tras la reunión mantenida por su equipo acerca del desarrollo del curso. En su opinión, será "muy complicado" retomar la formación presencial en los campus, por lo que hasta final de curso proseguirán las clases virtuales que comenzaron cuando se suspendió la actividad lectiva en las escuelas y facultades.

Abalde detalló que el tema de debate en este momento es el calendario de evaluación de los alumnos y las formas en las que podrá llevarse a cabo, ya que piensa que "aunque se levanten las restricciones, la acumulación de personas en un examen va a ser muy difícil que se pueda producir". La solución a este problema será "una mezcla de todas", según explicó, ya que habrá asignaturas que tendrán una evaluación a través de internet "y otras que obligatoriamente van a tener que ser presenciales", aunque para ello habrá que analizar si las condiciones en las que deberán realizarse son compatibles con el calendario lectivo. "Tenemos margen para ir adaptándolo y buscar soluciones para finalizar el curso de la mejor forma posible", señaló Abalde.

"El curso llega hasta el 31 de julio y por ahí tenemos margen", advirtió el rector, quien recordó que los trabajos de fin de máster y grado se pueden defender hasta septiembre. "Todo dependerá de cómo esté el panorama a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, si se mantiene el estado de alarma o si se flexibilizan las condiciones", aunque vaticinó que en los días siguientes a Pascua estará lista la planificación de todo el resto del curso.

Las prácticas suponen una dificultad añadida para las evaluaciones, en especial las que son obligatorias en el último curso para acabar a carrera. "Vamos a intentar ampliar el periodo de ejecución de las prácticas lo más posible para que se puedan realizar", adelantó el rector, quien también prevé que se realicen actividades complementarias en el caso de que algunas prácticas no puedan llevarse a cabo. "Estamos dispuestos a hacer todas las adaptaciones que sean precisas para que los alumnos puedan titularse", sentenció.