El rectorado constató que hay alumnos que no pueden seguir las clases por internet, por lo que busca alternativas para que puedan recibir la formación. "Son relativamente complejas, porque si viven en un sitio donde no hay cobertura, difícilmente podremos trabajar con ellos", indicó el rector, aunque si la imposibilidad es por problemas económicos, se buscará una solución. Julio Abalde explicó que los profesores deben grabar las videoconferencias con las que dan las clases y colgarlas en el campus virtual para que los alumnos puedan acceder a ellas cuando lo necesiten. Acerca de la marcha de las clase virtuales, aseguró que "están funcionando muy bien", ya que se producen casi 3.000 contactos cada día y el campus virtual "ha incrementado casi un 30% su utilización".

La organización estudiantil Erguer reclamó ayer a los tres rectores unos "compromisos mínimos" que afectarían a las formas de evaluación, las soluciones a los problemas individuales, el acceso de los futuros universitarios y la presentación de trabajos, mientras que la asociación Anega exigió dar ya por finalizado el curso.