La paralización de la mayor parte de la actividad económica a causa del coronavirus afecta también a las obras municipales, entre ellas a la que ya supuso la desaparición del viaducto de la ronda de Nelle, donde aún está pendiente la reurbanización del cruce de esa vía con la avenida de Finisterre. A pesar de que los trabajos no han terminado, la eliminación del paso elevado para los vehículos, que se hallaba a corta distancia de los vehículos, ayuda a los vecinos beneficiados por esta actuación a soportar mejor a causa el confinamiento en los hogares durante estos días.

"Ahora uno se asoma a la ventana y es una maravilla, vivo en un tercero, pero los que viven en el primero salían a la ventana y se encontraban con el pilar, estamos encantados", comenta Vicente Naveira, que reside en uno de los inmuebles de la ronda de Nelle situado frente a donde estaba el viaducto. "Era horrible", recuerda de aquella infraestructura, ya que además de tenerlo a corta distancia de sus ventanas, "lo peor era lo que teníamos debajo, porque la gente iba a hacer allí sus necesidades a cualquier hora".

Sus 82 años le hacen ser muy precavido para salir de casa, ya que prácticamente no lo ha hecho desde el inicio del confinamiento, por lo que dice: "No abro ni la ventana para aplaudir, pero cambió totalmente, era un mamotreto".

También Eduardo Suárez se muestra satisfecho del cambio experimentado por la ronda de Nelle. "Por lo menos se ve más despejado y al estar confinados estos días, el tráfico va más lento además". Este vecino vive en un séptimo piso y confiesa que el ruido del tráfico no le afectaba, pero califica de "adefesio" al extinto viaducto, contra el que se había declarado "totalmente en contra". A su juicio, la ronda "ganó en amplitud y luz, y cuando termine la obra más todavía". Al igual que Vicente Naveira, Suárez expresa su agradecimiento al anterior Gobierno local por haber impulsado el proyecto que hizo desaparecer el viaducto.

Gladys Mabel Corzo tiene desde hace solo cinco meses el establecimiento de alimentación Minidespensa Tico en esta zona, pero considera que es "un alivio tener un poco más de visión y de luz", al tiempo que también destaca que desde su tienda "veía a chavales beber y orinar allí, por lo que para mí es mucho mejor". Al ser uno de los comercios cuya actividad se considera esencial, está obligada a abrir al público en estos días y destaca que "por la mañana se lleva bien, pero por la tarde hay poco movimiento".

"La visión ahora es más agradable que antes y hay mucha más claridad", señala Luis Furelos, quien vive en un primer piso y tenía sus ventanas solo dos metros por encima del viaducto. "No veía la acera de enfrente", recuerda sobre la vista que tenía desde su casa y, aunque el ruido no le molestaba porque instaló doble acristalamiento, sí lo hacían las personas que se paraban bajo el viaducto a orinar. "La verdad es que cambió un mil por mil, incluso gente que no vive en la zona dice que le gusto como quedó, ya que se ve mucho más abierta", comenta sobre esta actuación, de la que asegura que "todo el mundo está encantado".

El derribo del viaducto de la ronda de Nelle comenzó el 21 de febrero y la apertura total del cruce al tráfico estaba prevista por el Ayuntamiento para el 7 de mayo, aunque esa fecha quedará pospuesta tras el parón de las obras impuesto por la crisis sanitaria. El proyecto continuará además en los próximos meses, ya que también se renovarán las aceras y se señalizará todo el entorno, iniciativas que tenían inicialmente como fecha de conclusión el 26 de noviembre, aunque ahora se pospondrán unas semanas.