Lydia Campos lo tenía muy claro. Incluso antes de que se decretase la cuarentena, esta profesora del máster de Finanzas de EF Business School sabía cuál era su cometido durante la crisis sanitaria: "Mi granito de arena es conseguir que nuestros alumnos se sigan formando para que, cuando pase todo esto, ellos puedan contribuir a que la economía siga adelante".

Para ello, la docente intenta que la rutina de su día a día en casa sea lo más parecida posible a la habitual: se levanta a la misma hora, se prepara como si fuese a salir y, en cuanto el reloj marca el inicio de la clase, enciende su ordenador y da comienzo a la reunión virtual con sus alumnos. "Siento que están enfrente, que no estoy sola. Las clases hacen que el día sea más llevadero, y me permiten tener mis horarios y mi descanso", detalla.

No es la primera profesora que ha notado que la asistencia a las teleclases es prácticamente del 100%, y que la participación del alumnado es cada vez más activa. "En general se han adaptado muy bien. Faltan menos personas que en las clases presenciales, preguntan durante las explicaciones, están atentos... Los veo muy comprometidos", explica Campos. Lo único que ha cambiado es la duración de las sesiones, ya que "cuatro horas ante la pantalla se hacía demasiado intenso para todos".

Cuenta la docente que los primeros minutos los dedica a comprobar que todos sus alumnos están conectados y, sobre todo, a saber cómo están, ya que la mayor lección que se puede aprender durante la cuarentena es que "todos debemos preocuparnos por todos": "Como profesores, somos más mayores y tenemos una experiencia vital que ellos todavía no tienen. Nuestra labor también es apoyarles y darles ánimos".

En cuanto a la labor de los estudiantes, Campos asegura que lo más importante es que estos "se sientan productivos", y que afronten con positividad los días de encierro. "Saldremos de esta, y ellos tienen que saber que con su esfuerzo diario al estudiar y al quedarse en casa ya están aportando algo a la sociedad", dice la profesora.

Comenzó las sesiones al día siguiente de anunciarse el cierre de los centros educativos, el calendario académico de los estudiantes no ha sufrido cambios y, si algo destaca la docente en este proceso es "el importante papel de la tecnología". Según ella, "gracias a la tecnología se puede seguir", y eso implica llevar con normalidad una cuarentena que para muchos está siendo complicada. "Viendo todo lo que ocurre alrededor me parecería ingrato y muy poco empático quejarme por estar en casa", comenta.