Basta una bicicleta para conectar a dos personas en tiempos de confinamiento. La empresa de mensajería VanEnBikke lo demuestra cada día. Ya lo hacía antes de que el coronavirus llegase, pero ahora su implicación es todavía mayor. "Estamos a tope. Hemos tenido que implantar la jornada continua, de nueve de la mañana a seis y media de la tarde para llegar a tope", cuenta el propietario de la empresa, Andrés Souto.

Cinco trabajadores recorren la ciudad en bicicleta para llevar cosas de un punto a otro, ahora que las salidas a la calle están limitadas por el estado de alarma. "Actuamos de recaderos. Y eso es lo que le da sentido a nuestra empresa", reconoce Souto, orgulloso del esfuerzo de su plantilla durante estos días.

Cada mañana que se levanta, algo nuevo les espera. "Constantemente aparecen cosas nuevas. Nos encontramos con muchas sorpresas", revela. La confianza del cliente no les falla. Por eso están todo el día pedaleando. "La mayoría de nuestros clientes habituales, un 70%, están cerrados. Pero hemos crecido mucho. Trabajamos con tiendas de alimentación, sobre todo, y clientes nuevos", cuenta, y añade que reparten productos "de floristas", como Verdelar, centros de estética o jugueterías, para entretener a los más pequeños en casa. "Tienen mercancía e intentan sacarla", apunta.

De esta manera, VanEnBikke contribuye a la creación "de un tejido empresarial" debilitado por la situación actual. "Conectamos los comercios con sus clientes", resume. Y de una forma sostenible: sin humos, sin ruidos y sin congestionar el tráfico. "Y con una sonrisa", añaden en su página web.

Otra conexión importante que permite esta empresa coruñesa es entre particulares. "Es algo que ya ofrecíamos antes, pero con el coronavirus ha crecido exponencialmente", informa Souto. Decenas de vecinos contactan con VanEnBikke para mandar paquetes a sus familiares y amigos. "Desde el hijo que hace la comida en táper a sus padres pero viven alejados hasta gente que hace mascarillas y se las quiere enviar a algún familiar", señala, a la vez que apuntan que están atendiendo "las necesidades de gente que no puede salir de casa".

Los trabajadores, por supuesto, están concienciados y toman "todas las medidas" para evitar contactos. "Distancias, higiene, protección en manos, boca y nariz, y también un padre nuestro", enumera Andrés Souto con un toque de humor.

Le hubiera gustado que el auge de su empresa llegase en mejores condiciones, pero eso no quita que afronte la jornada con fuerzas para ayudar a aquellos que necesitan esta conexión. "Ayudamos a la pequeña empresa y a las familias. Lamentablemente la situación no es la más propicia", reflexiona.

La Semana Santa tampoco les para. Todo lo contrario. A través de sus redes sociales ya anuncian la llegada de la Pascua. VanEnBikke transporta los originales huevos de chocolate para que ningún ahijado se quede sin él. Esta vez llegará sobre ruedas, para variar.