Doris Quishpe llegó de Ecuador hace 20 años, y Monte Alto siempre le ha dispensado una "buena acogida". Pero en la cuarentena, indica, es si cabe mayor. "Se nota que los clientes que iban al supermercado ahora consumen más en nuestras tiendas. Antes venían al día unos 150, y ahora serán 270, y compran más cantidad", explica. Los huevos que adquiere cada semana "no llegan ni al viernes", y el vino, dice con humor, vuela desde el confinamiento. Sus clientes habituales, "los mayores", se quedan ahora en casa pero ha empezado a llegar "gente joven" que augura que "se mantendrá" tras el virus. "Esta cuarentena va a ser un empuje para el pequeño comercio", afirma.