Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el presidente del Gobierno, ha sacado el domingo una columna en el diario de mayor difusión de España y, de paso, el que le defiende con mayor ahínco hasta el punto de haberse producido un cambio en la dirección de El País para hacer más contundente ese apoyo a Sánchez. Se trata del primer artículo firmado por el presidente este año pero en 2019 publicó hasta seis en el mismo diario, siendo así que cuando se encontraba en la oposición, es decir, antes del triunfo de su moción de censura de 2018, había escrito uno por año. Parece, pues, que el presidente Sánchez utiliza el medio de comunicación más leído para dar a conocer sus puntos de vista que, por cierto, oculta de manera escandalosa en las llamadas ruedas de prensa que se celebran a cada poco desde que se proclamó el estado de alarma. Esas mismas en las que los medios de comunicación tenían que presentar sus preguntas de antemano hasta que hace varios días la Moncloa rectificó. Da un poco igual porque, cuando la contestación se produce, apenas tiene que ver con la pregunta en sí: se convierte en un capítulo más del monólogo presidencial destinado a justificar sus pasos, más bien vacilantes, en la gestión de la crisis del coronavirus. Eso es mucho más un hecho que una opinión, hasta el punto de que los columnistas defensores de Sánchez coinciden todos ellos en acusar de derechistas a los que critican a presidente en vez de aportar ni el más mínimo argumento que demuestre que las cosas se están haciendo bien.

En semejante contexto, una columna firmada por Sánchez es oro puro informativo pese a que, por definición, tampoco permita preguntas. La que acaba de aparecer se refiere al riesgo en que ha puesto el coronavirus a la Unión Europea, toda vez que la institución que reúne a la mayoría de los países del continente se ve incapaz de dar una respuesta unánime y eficaz a los problemas inmensos por los que los gobiernos y los ciudadanos están pasando. Sánchez centra sus críticas en las medidas financieras, no en las sanitarias, y pese a reconocer que iniciativas como el programa temporal de compras del Banco Central Europeo y el plan Sure „los 100.000 millones de euros para la ayuda al empleo„ son logros importantes nuestro presidente sostiene que no bastan. Es probable que en eso coincida con lo que opina la mayor parte de los ciudadanos y Sánchez reclama como solución el equivalente de un nuevo Plan Marshall. Lo que se le olvida es la otra cara de la moneda, es decir, la forma como cada país, y España en particular, hace frente a los problemas tanto sanitarios como financieros. Dicho de otro modo, falta que explique lo que oculta en sus ruedas de prensa: cómo, en qué medida y con qué objetivos se toman las decisiones en el Gobierno. Porque lo más importante de cualquier crisis es el manejo del día a día con los recursos de que se dispone, no una carta a los reyes magos de Bruselas.