Esos productos que desaparecen de las estanterías pueden encontrarse en el pequeño comercio. Lo afirma así María Illanes, para la que "en la tienda de barrio se encuentran más cosas que en el súper". Su establecimiento, A Campiña, ha aumentado su facturación, especialmente en alimentos frescos, con "un 20%” más". Entre frutas y hortalizas notan un mayor número de clientes, sobre todo "gente joven", que ahora "cocina y está aprendiendo a comer" sano. Illanes se huele la recesión tras el Covid-19, pero se muestra optimista. "Tengo la esperanza de que la gente recuerde y valore que estemos aquí", dice.