Felices los días aquellos en los que estaba claro lo que son los datos. La epidemia actual, además de matar a un montón de gente y arruinar al resto „salvo los especuladores que medran cuando las cosas van peor y los padres de la patria que reciben el sueldo en casa incluso cuando ni siquiera van al ministerio o a las Cortes„, ha convertido en inútil el propio concepto de lo que es un dato.

El mejor ejemplo es el del número de personas que han sido infectadas por el Covid-19 en España: no lo sabe nadie porque a las autoridades no se les ha ocurrido que haya que contar toda ellas. Y, pese a que es así, los diarios sacan día sí y día también las cifras de contagiados con tanto detalle que produce pasmo. Cuando esto se escribe, el Ministerio de Sanidad dice en los periódicos de hoy que son 161.582. Ni siquiera se añade un abanico de posible error. Pero al mismo tiempo las autoridades, los médicos y los propios hospitales admiten que a quienes que presentan síntomas leves los mandan a casa sin hacerles siquiera el test de marras. Y respecto de los pacientes a los que sí que se lo hacen, esos mismos responsables de facilitar los datos reconocen que tales pruebas no son fiables en muchos de los casos. Con lo que nos encontramos con un nuevo concepto de lo que significa el número de los contagiados: cifras proporcionadas con un criterio que nadie sabe a qué responde pero sí que se sabe que tiene muy poco que ver con la realidad.

Cuando hablamos de los muertos, la cuestión empeora aunque solo sea porque hablamos ahora de datos relativos a los casos más graves. Según ha publicado el diario El Mundo, el Ministerio de Sanidad mandó el 1º de abril un correo electrónico a la Consejería de Salud de Castilla-La Mancha indicando que solo cabe contar como muertos por el coronavirus a las víctimas confirmadas. Las sospechosas y las probables no se cuentan. El mismo criterio se trasladó después a las restantes comunidades autónomas, con lo que las cifras de fallecimientos debidos al virus podrían ser muy superiores a las oficiales. Y eso no lo digo yo; quien lo sostiene es nada menos que el Tribunal Superior de Justicia con sede en Albacete.

Ante semejante confusión acerca de los números reales, el propio Ministerio de Sanidad ha anunciado un muestreo epidemiológico sobre 30.000 familias con la finalidad de tener números más creíbles de la cifra de infectados, que puede alcanzar al 5% de la población. Es decir, cerca de dos millones y pico de personas, aunque las mismas fuentes tampoco descartan que sean tres veces más. Algo que cuadra con el número de entierros que se producen en Madrid desde la crisis. Hasta 3.000 muertos ha habido en la segunda quincena de marzo en la capital: el doble que en el mismo plazo del año pasado. Eso sí que son datos.